Weihnachten ist abgesagt
Se cancela la navidad
Jesus wurde in Bethlehem geboren, wie man auch in jeder spanischen Krippe sehen kann. Kaum über 30 wurde er von seinem Vater geopfert. Die kleinen Mohammeds, die heute in Betlehem geboren werden, das im Westjordanland liegt, werden auch von ihren Vätern geopfert, nicht als, aber im Namen Gottes, desselben Gottes übrigens. Jesus von Nazareth müsste heute in der israelischen Armee im Gaza-Streifen auf alles schießen, was sich bewegt, auch auf Kinder, in einem Krieg, der uns von moralischen Herrenmenschen als notwendig verkauft wird. Während sich Europa in wohlig warmen Häusern mit Zucker, Alkohol und fetten Braten ins Feiertagskoma lügt, jenes Europa, vor dessen Haustür Menschen zu Tausenden auf der Flucht ertrinken und das durch seine historischen Verbrechen das Chaos im „Heiligen Land“verursacht hat, werden in Bethlehem jene Hütten niedergebrannt, in denen vor 2.000 Jahren eine Schwangere noch Zuflucht fand. Weihnachten sollte ausfallen. Nicht, weil es zum Konsum- und Fressrausch pervertiert wurde, sondern weil ein „Fest der Liebe und des Friedens“im Angesicht von Hass und Krieg pervers ist. Es sollte ausfallen, weil seine Story eine Lüge ist, sich das christliche Abendland selbstgefällig an einer Sage emotional satt isst, die nie auch nur ansatzweise eine bessere Welt schuf, sondern immer dazu diente, dass sich Menschen höheren Mächten unterordnen, echten wie eingebildeten. Die Menschheit, will sie überleben, braucht nicht einen, sie braucht Millionen Jesuse, aber sie braucht – um Himmels Willen – keine Götter mehr.
Jesús nació en Belén, como se puede comprobar también en los belenes españoles. Cuando tenía poco más de 30 años, fue sacrificado por su padre. Los pequeños Mahomas que nacen hoy en Belén, que está en Cisjordania, también son sacrificados por sus padres, no por, sino en el nombre de Dios, el mismo Dios, por cierto. Hoy, Jesús de Nazaret tendría que disparar en el ejército israelí en la Franja de Gaza contra todo lo que se mueve, incluidos niños, en una guerra que amos morales nos venden como necesaria. Mientras, Europa se prepara para el coma de festivos en casas confortablemente cálidas con azúcar, alcohol y asados grasientos, la Europa ante cuya puerta miles de personas se ahogan mientras huyen, la Europa que ha causado el caos en la „Tierra Santa“con sus crímenes históricos. En Belén son bombardeadas las chozas en las que hace 2.000 años pudo refugiarse una mujer embarazada. La Navidad debería cancelarse. No porque se haya pervertido en un frenesí de consumo y comida, sino porque un „festival de amor y paz“frente al odio y las guerras actuales es perverso. La Navidad debería cancelarse porque su historia es una mentira, y el Occidente se alimenta emocionalmente de una historia que nunca ni siquiera estuvo cerca de crear un mundo mejor, pero que siempre sirvió para obligar a las personas a someterse a poderes superiores, tanto reales como imaginarios. Si la humanidad quiere sobrevivir, no necesita uno, necesita millones de Jesús, pero no necesita más dioses.