Vergessenes Grundelement
Elemento vital olvidado
Ein kleiner Kenianer gräbt mühevoll ein Loch in die Erde, um Wasser zu schöpfen. Davon braucht er einen Kanister voll, für den Schulweg mit seiner Schwester, zu Fuß durch die Savanne. Es ist der Anfang der grandiosen Doku „Sur le chemin de l’école“(2013), die auch in Spanien („Camino a la escuela“) noch gern Schulklassen gezeigt wird. Sehr zurecht, gerade im Hinblick aufs Wasser. Denn Wasser gehört zur Schule des Lebens. Als Basis. Zu 50 bis 80 Prozent aus Wasser besteht der Mensch! Wir müssten Wasserlinge heißen. Wie du und ich mit Wasser umgehen, so gehen wir mit uns selbst um. Ist uns das klar? Eine epochale Erfindung wie das Rad war die öffentliche Wasserversorgung. Aber sie führte auch dazu, dass der Alltagsmensch in seiner Raserei vergaß, was ihm da Unglaubliches in die Hände gegeben wird. Sein Hauptbestandteil. Seine Essenz. Darauf sollte er, und auch du und ich, uns zurückbesinnen, beim Hahnaufdrehen, beim Griff zur Wasserflasche. Beim Kauf von Produkten, die eine Menge Wasser benötigen, von Erdbeeren über Fleisch bis zu Schuhen, Handy, Auto. Leider scheinen Spaniens Wasserdebatten das Wasser vor allem als politische Waffe zu sehen und belasten es mit jeweiligen Interessen statt es zu schützen, während unsere Küste immer näher an afrikanische Klimaverhältnisse rückt. Lösungen für die Wassernot können jedoch nur mit sauberem Blick gefunden werden. Was also vonnöten ist, ist ein möglichst unverschmutztes Grundwasser.
Un pequeño keniano cava con esfuerzo un hoyo en la tierra para sacar agua. Necesita llenar una garrafa entera para el camino a la escuela con su hermana, a pie por la sabana. Es el comienzo del grandioso documental „Sur le chemin de l’école“(2023), que también en España („Camino a la escuela) se suele enseñar en las clases. Con mucho acierto, sobre todo por el tema del agua. ¡El humano está constituido entre un 50 y un 80 por ciento de agua! Deberíamos llamarnos aquatanos. De la misma manera que tú y yo tratamos al agua, así nos tratamos a nosotros mismos. ¿Lo tenemos claro? Un invento que marcó una época, como la bicicleta, fue el abastecimiento público de agua. Pero conllevó también que rápidamente olvidáramos lo increíble que es lo que recibimos. Su elemento fundamental. Su esencia. Deberíamos recordar eso cada vez que abrimos el grifo o al coger una botella de agua. También cuando compramos productos que necesitan mucha agua, desde las fresas o la carne hasta los zapatos, el móvil o el coche. En España, lamentablemente el agua parece ser vista como un arma política en cualquier debate, contaminándolo con intereses particulares en vez de protegerla, mientras nuestras costas se parecen cada vez más a las africanas. Pero soluciones para la escasez de agua sólo se pueden encontrar con una mirada limpia. Lo que se necesita por tanto es, un agua profunda y libre de contaminación.