EL PASADO COMO SOMBRA
Se recupera un clásico inteligente, ecuánime e imprescindible: «Los orígenes de la Leyenda Negra española», del hispanista sueco Sverker Arnoldsson
Imágenes, iconos, metáforas, símbolos. Las imágenes se crean, se cruzan, cambian, desaparecen, se persiguen, se falsifican, se inventan. Van de e los pasquines renacentistas a las redes sociales hoy. ¿Cómo se crea una leyenda? ¿Cuándo esa leyenda adquiere un color r tenebroso hasta convertirse en n negra? El reciente éxito editorial al del muy documentado estudio de María Elvira Roca Barea, Imperiofobia y Leyenda Negra, ha permitido que El Paseo Editorial pu- blique, por primera vez en español, un clásico de estos asuntos. Un clásico relevante, exhaustivo, inteligente y ecuánime, Los orígenes de la Leyenda Negra española (1960) del hispanista sueco Sverker Arnoldsson (Sundsvall, 1908-Gotemburgo 1959).
« LOS ORÍGENES DE LA LEYENDA NEGRA ESPAÑOLA » . Fue una obra póstuma que a muchos mecidos en el tópico sobre la Historia española debió molestar, o intrigar, o desconcertar. La primera tesis de Arnoldsson era que tal leyenda, en sus comienzos, partió de Italia, y más que antiespañola era, qué cosas, anticatalana. La expansión del comercio del Reino de Aragón por el Mediterráneo inquietaba a la economía, cuando no amenazaba la riqueza, del próspero monopolio de las ciudades de Italia. Como recuerda Roca en un muy sugestivo prólogo, Arnoldsson «demuestra que ésta existió no sólo en las tierras del protestantismo, sino también dentro del mundo católico e incluso en el interior del Imperio español».
Arnoldsson se maneja extraordinariamente bien en los archivos y en la bibliografía consultada. Explora causas y muestra hechos irrevocables. Explica las motivaciones económicas contra el comerciante catalán y cómo, más tarde, la leyenda anticatalana se convierte en leyenda anticastellana. Después ya vendrá la versión protestante para cerrar el círculo y hacer rodar, a lo largo de los siglos, la siniestra bola propagandística que, como lamentablemente hemos visto en estos desdichados días, en algunos lugares dura hasta hoy.
¿De qué sorprenderse, por tanto, que para Alfred de Vigny en 1828 «un español es un hombre de Oriente, es un turco católico», o para el insigne Víctor Hugo (1830) «España es todavía el oriente. España es medio africana » , o, para el viajero Stendhal (1831), «sangre, costumbres, lenguaje, modo de vivir y combatir en España, todo es africano. Si el español fuera mahometano, sería un africano completo». Un libro imprescindible.
«1945». Hay capítulos de la Historia de las naciones, que olvidan cómo el pasado es una sombra que te acecha y perturba. De uno de ellos trata una película que, en su sencillez narrativa, esconde, en opinión de su director, el húngaro Ferenc Török, «una vieja tragedia griega y un wéstern»: 1945. Dos acontecimientos rompen la rutina de una pequeña población magiar. La boda del hijo de un mandamás político y la llegada de dos judíos, portando unas cajas. Las miradas cómplices, el recuerdo de lo que ocurrió durante la ocupación nazi, el remordimiento, la mentira y el ocultamiento del saqueo local de los bienes de los que eran enviados a los campos de exterminio es el argumento fatal de tal asombro y tanta culpa. Soberana película, excelente realización en un blanco y negro poderoso.
LA MUSA DE ESPRONCEDA. Buenas las tapas y los pinchos, la barra y los vinos de La Musa de Espronceda, a una cuadra de la Filmoteca Española, en la calle de Santa Isabel, nº 17. La tosta de calabaza, la carrillera, el nido de huevos rotos –pocos como aquí–, las berenjenas y sigue y sigue. Bien se merecía el viejo Espronceda dejar a los piratas por un rato y bajar a compartir una conversación sin fin, ni comienzo. Un juego sin normas, como el azar o la necesidad.