Lo de los mosquitos es una verdadera vergüenza
Llevamos unos meses en Aguadulce bastante convulsos. Salir a la calle se ha convertido en un deporte de riesgo porque los picotazos de los mosquitos son un día sí y otro también el denominador común. Los que tenemos hijos como es mi caso nos negamos a salir al parque porque hacerlo es poner en riesgo su salud. Eso o impregnarle un kilo de crema antimosquitos y rociar su ropa con repelente. Y creo que viviendo en un país de primer nivel, no es de recibo que tengamos que estar soportando este calvario por la ineptitud de los políticos que dirigen este municipio. Por eso me gustaría saber qué se va a hacer o si vamos a seguir así durante todo el verano, encerrados en casa sin poder salir porque hacerlo es un peligro. ¿Tan difícil es atajar el problema acabando con las plagas de mosquitos antes de que se reproduzcan? ¿acaso nos merecemos los vecinos de Aguadulce vivir este calvario todos los veranos? ¿no piensan que también esto afecta al turismo? No creo que sea tan difícil darle solución.
Ramón López (Aguadulce)
Almería tierra de fiestas y alegría
Me confieso un ferviente amante de mi tierra. Cada fin de semana que puedo disfruto intensamente de los muchos rincones paradisíacos con los que cuenta Almería.
Por esa razón me pregunto a veces como muchos almerienses reniegan de ella y prefieren la bulliciosa Madrid o, sin ir más lejos, la Granada mora. No es que me parezcan lugares desaconsejables para vivir, todo lo contrario, pero teniendo lo que tenemos en Almería me parece ilógico la necesidad de emigrar. No hay nada más que echar un vistazo al calendario y comprobar que siempre, y es siempre, hay una festividad, un momento de reunión colectiva, en alguno de los 103 municipios que conforman la provincia. Estamos en julio y media Almería comienza a festejar con sus santos y fiestas patronales la llegada del verano. Y esa es la constante que año a año se vive en esta tierra que, para los escépticos, no se mueve por pulsiones. Hay mucho donde elegir porque la variedad es una de sus señas de identidad. Por eso siempre que puedo me autodefino como “made in Almería”. Una tierra de contrastes que emana alegría por sus cuatro costados y de la que, como yo, muchos almerienses nos sentimos orgullosos. Es una sensación única.
Carlos Martínez (Arboleas)