OLVIDANDO EL FÚTBOL
HAMBRE , intensidad, coraje, lucha o entrega son algunos de los sustantivos que están protagonizando el verano de la UDA. Es cu-
rioso: cada vez que algún miembro del club agarra un micrófono empieza a enumerar repetidamente estos conceptos, intentando meterlos en la cabeza de la audiencia y justificar así las llegadas de jugadores de un perfil bajo al club. Incluso, Alfonso García, que está dejando un sinfín de frases inolvidables en estas semanas en las que su presencia en los medios es extrañamente habitual, llegó a afirmar el pasado miércoles que los equipos de arriba son los que luchan duran-
te cada minuto cada balón. Podríamos decir, casi sin miedo a equivocarnos, que a quienes componen la UD Almería se les ha olvidado cómo se juega a este deporte. La campaña de la austeridad puesta en marcha por el club tiene varias partes. Una, lógicamente, es la de no gastar. Alfonso García continúa vendiendo los pocos efectivos de interés que le quedan dentro de una plantilla completamente devaluada, sustituyendo a estos jugadores por otros a coste cero y, no con-
tento con eso, desprendiéndose de elevadas fichas que dejan paso a otras mucho más austeras. Del dinero ahorrado nada se sabe, aunque, desde luego, no va destinado al mercado de fichajes. Otra de las partes de esta campaña es la comunicativa, el mensaje a medios y a afición. Aquí, el club ha eliminado de su diccionario conceptos como calidad, olfato goleador, velocidad, visión de juego, técnica o potencia. Ha olvidado todo lo relacionado con el fútbol para cambiarlo
por otros atributos que se presupone que deben tener todos los futbolistas, así como cualquier profesional de cualquier empleo. Estamos contemplando a un Almería que se pone absurdas medallas por adquirir jugadores con coraje o entrega, pero que olvida que al fútbol se juega con un balón con el que hay que superar al rival. Lo próximo quizás sea congratularse de que las incorporaciones lleguen con sus dos piernas intactas. Ya pocas cosas nos sorprenderían.