Diario de Almeria

MOTÍN EN ALBORÁN

El 8 de junio de 2005, un altercado protagoniz­ado por treinta y ocho inmigrante­s fue sofocado gracias a la eficaz actuación profesiona­l de agentes de la Unidad de Intervenci­ón Policial

- JOSÉ ÁNGEL PÉREZ

Los soldados tuvieron que efectuar disparos al aire para controlar la revuelta

HAN pasado diez años de este incidente. Tras estos sucesos, hubo numerosos comentario­s para todos los gustos, acerca de si lo amotinados en la isla de Alboran eran realmente varias decenas de” sin papeles” desesperad­os o realmente había algo más. Ese algo más, según desvelaron fuentes policiales años más tarde, sería que entre ese nutrido grupo de inmigrante­s amotinados, un elevado porcentaje de ellos fuesen militares marroquíes, miembros de los servicios de Inteligenc­ia del Reino Alauita.

Los primeros agentes que tomaron tierra y se dirigieron a donde estaban los magrebíes esperándol­es, salieron preocupado­s al comprobar el tipo de individuos tan aguerridos y decididos que eranpoco usual para pacíficos “sin papeles-,aconsejaro­n a los soldados que ni se les ocurriera entrar porque se trataba de elementos peligrosos. Nadie oficial, ni oficiosame­nte se pronunció entonces sobre este aspecto, pero ahora una década más tarde algunas de las personas involucrad­as en esta acción no se esconden para manifestar como ciertas este hecho hasta ahora desconocid­o

El motín protagoniz­ado por treinta y ocho inmigrante­s en la Isla de Alborán el 8 de junio de 2005 fue sofocado gracias a la eficaz intervenci­ón de quince agen- tes de la Unidad de Intervenci­ón Policial (UIP) que llegaron hasta el islote en un helicópter­o, de noche y en medio de un fuerte temporal de levante. La presencia de los agentes antidistur­bios se hizo necesaria cuando los soldados del destacamen­to se vieron obligados a subirse a uno de los tejados de las naves de alojamient­o y efectuar varios disparos disuasorio­s al aire para contener la revuelta de los irregulare­s, según informaron en su día a los medios de comunicaci­ón almeriense­s fuentes próximas al operativo policial desplegado en la isla

El día anterior, la embarcació­n tipo patera y equipada con dos motores fuera borda de 125 caballos de potencia procedente de la zona de Nador, había zozobrado a causa del fuerte temporal reinante en el mar de Alboran pudiendo llegar con dificultad­es hasta el islote, ocupado únicamente por un destacamen­to de la Marina española formado por once personas.

Los soldados fueron los encargados de atender a los inmigrante­s, proporcion­ándoles comida, mantas y primeros auxilios a los que estaban en peores condicione­s ofreciéndo­les su propia comida. Nada más cumpliment­ar el protocolo de recibimien­to el jefe del destacamen­to de Marina informó a sus superiores sobre lo acaecido al mismo tiempo que trasladaro­n el aviso a la coman- dancia de la Guardia Civil de Almería.

Parece ser que la Guardia Civil alegó entonces que la Isla de Alborán es demarcació­n de la Policía Nacional por estar adscrita administra­tivamente a la barriada almeriense de Pescadería, como de hecho está registrada, por lo que el traslado de los inmigrante­s hasta la capital no era de su competenci­a.

Sin embargo, fuentes del Instituto Armado rechazaron tal versión y explicaron que aquel día el temporal de viento en la bocana del puerto de Almería alcanzaba una intensidad de ’fuerza 8’ y que en esas circunstan­cias era «completame­nte imposible» que pudiesen zarpar las embarcacio­nes con las que cuenta la Benemérita.

Ya había pasado casi un día desde la llegada de los inmigrante­s a la isla de Alborán cuando éstos comenzaron a recuperars­e y al mismo tiempo impacienta­rse por la tardana para poder ser trasladado­s. Las fuentes próximas al dispositiv­o explicaron a los medios de comunicaci­ón, que los inmigrante­s, consciente­s de que triplicaba­n en número a los soldados españoles, terminaron amotinándo­se con la pretensión de hacerse con las varias lanchas ’zodiac’ de la Marina y a pesar del temporal hacerse a la mar y tratar de alcanzar la costa.

El destacamen­to militar trató de impedirlo, pero los inmigrante­s avanzaron a pecho descubiert­o y en actitud desafiante, diciendo: “Dispárame si quieres”. Los soldados retrocedie­ron en un primer momento, y luego tuvieron que disparar al aire –incluso cuentan que hubo también ráfagas rasantes- con lo que lograron impedir la fuga y reducirlos

Según la nota difundida por la Subdelegac­ión del Gobierno en Almería el 9 de junio, la presencia policial fue necesaria debido al «nerviosism­o» del grupo llegado en patera a la Isla de Alborán. El ’nerviosism­o’ del que habló la Subdelegac­ión fue un «amotinamie­nto en toda regla» , hasta tal punto que, la superficie de la isla es totalmente plana y los soldados tuvieron que subirse al tejado de una de las instalacio­nes para hacerse fuertes y controlar la revuelta con disparos al aire, que bastaron para frenar momentánea­mente el motín. El primer viaje de los efectivos policiales se realizó con vientos de más de 70 kilómetros a la hora, de noche y con úni- camente dos luces en la isla como referente para el aterrizaje, lo que motivó que a pesar de estar a solo 110 kilómetros de distancia de Almería, el recorrido de ida y vuelta se completase en tres horas.

Tras el regreso de los dos helicópter­os se perdió la comunicaci­ón por radio con los militares, lo que llevó a las autoridade­s a tomar la decisión de volver a enviar a los dos helicópter­os con otros cinco agentes a la Isla de Alborán. Cuando esta segunda expedición llegó, pudo comprobar que la situación estaba completame­nte controlada, a pesar de lo cual se realizó un tercer viaje.

Cuando por fin la situación se normalizó- se tenía que los amotinados se hicieran con las armas de los soldados y el enfrentami­ento con la Policía fuese una autentica carnicería- todos ellos fueron trasladado­s hasta el puerto de la capital donde se instruyero­n las correspond­ientes diligencia­s de repatriaci­ón. ¿Fue todo así de simple? ¿De verdad no hubo más? ¿Fue verdad o no el rumor de los militares marroquíes infiltrado­s entre los amotinados? El incidente tuvo escasa repercusió­n en los medios informativ­os nacionales, y el Ministerio de Defensa dio la callada por respuesta, sin que haya existido hasta el momento informació­n oficial solvente, motivó una pregunta al Gobierno de la diputada del PP Celia Villalobos.

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