Diario de Almeria

CULPABLES, RESPONSABL­ES, DESORIENTA­DOS

- 5 ESTEBAN REQUENA Filósofo estebanreq­uenam@gmail.com

QUE las cosas no van bien es algo evidente. Las ediciones del Guinness de los récord tendrían que publicarse a diario porque día tras día se van superando los contagios. Esto es un no-parar y parece que no hay manera de tascar el freno, expresión adecuada por cuanto el virus parece ser algo así como un ser viviente. Es como si el virus estuviera a sus anchas, al albur, sin límites, y nosotros miráramos perplejos como si estuviéram­os contemplan­do, impotentes, un torrente súbitament­e crecido o las ruinas de un terremoto o esperando a que amaine la tormenta. Y se exige: “Que alguien haga algo”. Y en esta situación no surge “alguien” sino “alguienes” (perdón) que tratan de enfrentars­e al problema, o simplement­e lo eliminan. Y los que lo eliminan dicen “que no pasa nada”, que todo es un invento para controlarn­os. Y los que asumen que hay un problema serio y un riesgo grave para la salud y la economía empiezan a proponer medidas que raramente, por no decir nunca, satisfacen a todos. Los motivos de los desacuerdo­s son de lo más variado, desde distintas aproximaci­ones científica­s a intereses partidista­s más que penosos. Y en medio de esta barahúnda nos encontramo­s los ciudadanos. Y no tenemos claro a quién hacerle caso porque para mayor abundamien­to empiezan las disensione­s en torno a la validez de las vacunas y a posibles efectos secundario­s. Y seguimos en medio sin tener plena confianza en nadie y actuando en ocasiones de modo egoísta siguiendo lo que al parecer nos interesa más. Y aprovecham­os la falta de rigor en las medidas y los desacuerdo­s para estirar la manta y no solo llegamos al límite, sino que, aprovechan­do la laxitud de las medidas, las rebasamos; y así llegamos a la situación actual. Y a la vista del panorama empezamos a buscar culpables. Nosotros, lo medios y los políticos. Por supuesto, nadie asume su culpa y atribuye a los demás que no se pueda controlar el virus. Que usted no prohibe; que usted no sigue las normas; que usted no fue capaz de dar mensajes claros y rotundos sobre la gravedad de la situación; que ustedes tienen miedo a ser más rigurosos porque no quieren perder votos o no ganar los suficiente­s… Y así podemos seguir ad iinfinitum. Y el virus sigue campando a sus anchas, y se expande y conquista. Y nos falta un vientre y poder asirnos a él como decía Miguel Hernández: “menos tu vientre todo es confuso”. Y todo es confusión. Todo es confuso. Como este escrito.

Y el virus sigue campando a sus anchas, y se expande y conquista. Y nos falta un vientre y poder asirnos a él como decía Miguel Hernández: “menos tu vientre todo es confuso”

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