LA IMPRONTA DE JOSÉ GOMES
LOS halagos y elogios para este Almería han desbordado un límite sin paragón pocas veces visto en los últimos años. Tras la exhibición contra el Alavés, toca sentarse y reflexionar sobre este equipo. El entrenador portugués está formando un conjunto con una impronta personal. El 1-4-23-1 es el inicio de todo, con una salida de balón cuyo papel es decisivo para lo que viene a continuación. Desde Makaridze, Cuenca y Maras, el resto del equipo combina desde atrás para jugar a ras de suelo de forma fluida. El sistema de Gomes potencia el carril central desde la idea del achatamiento de los volantes para darle mayor espacio a unos laterales que se convierten casi en carrileros. En el medio están los dos jugadores que trasladan la idea de juego al verde. Samú Costa y Morlanes concentran en sus pies el poder y el fútbol de este equipo. El dúo de las medias bajadas es la llave de todo. Son unos generadores continuos de acaparar los focos, ya sea en el aspecto defensivo como en el apartado ofensivo. La línea de tres es la variante táctica más especial, con tres mediapuntas que intercambian posiciones incesantemente. Uno de los trabajos más reseñables de Gomes es la transformación que ha provocado en futbolistas como Corpas, Aketxe o Carvalho, cuya intermitencia se ha convertido en una regularidad pasmosa. Estos tres nombres se unieron para, con movimientos en muchos casos indetectables para la defensa rival, endosar una goleada al Alavés. La presión en campo contrario se convierte en una de las señas de identidad de este plantel. El jugador diferente se viste de nueve, golea como un nueve, pero es mucho más que eso. Un futbolista especial, con una versatilidad y movilidad que aportan riqueza a la idea rojiblanca. Es Umar Sadiq, ese extraño elemento que une carisma y gol en un mismo cuerpo. La sobreadjetivación inunda los textos sobre este conjunto, pero no es para menos. Larga vida al Almería de José Gomes.
Samú Costa y Manu Morlanes, el dúo de las medias bajadas, es la llave de todo