LA VERDAD ASOMA
UNA vergüenza esta competición. El campo en pésimas condiciones, un penalti que no le han pitado al Real Madrid, un auténtico desastre de organización… y a mí me parece esto impresentable. Que el Real Madrid, mejor equipo del mundo, tenga que ir a jugar en un campo en estas condiciones, con un balón (?), con patadas que se dan ahí, con un árbitro que no… esto me parece inadmisible e intolerable. […] Y lo que me molesta es que todo el mundo está loco por que caigan los equipos grandes. ¿Qué clase de competición es esta?”. Ruego, pese a lo descontextualizado del inicio del artículo, que no me atribuyan estas palabras a mí. Se trata del meticuloso análisis realizado por el personaje deportivo Roberto Gómez en Estudio Estadio, mítico programa de RTVE, tras el épico Alcorcón 2-1 Real Madrid. No es su primera vez. Ya el año pasado, este mismo individuo se quejó amargamente porque, según su criterio, las semifinales Real Sociedad-Mirandés y Athletic-Granada carecían de total interés, echando en cara a la Federación que, con este formato, los equipos grandes no llegaban lejos en la competición. Más allá de lo flagrante que resulta que un personaje así campe a sus anchas por un medio de comunicación financiado por todos, su mensaje esconde algo de verdad: a una amplia mayoría de los programas deportivos, prensa escrita, webs y periodistas nacionales les viene muy mal que Real Madrid y Barcelona caigan a las primeras de cambio en cualquier torneo. Al fin y al cabo, son los equipos con mayor masa social. Su eliminación supone, por tanto, perder el interés de buena parte de la audiencia. Y no es ninguna tontería. Es inevitable que los clubes grandes acaparen ríos de tinta, miles de clics y tertulias que emplean para filtrar mensajes y meter presión al árbitro u organizador de turno. Y esto va a más conforme surgen nuevos formatos en los que hacerlo. Por eso, disfrutemos mientras podamos de competiciones como esta actual Copa del Rey. Porque me temo que, a este ritmo, no nos durará mucho.