Esto va a peor
Ya sé que siempre estoy con el tema de la pobreza y más en estas fechas, pero precisamente por eso, por las fechas que estamos y que vienen, se me hace un nudo no en la garganta, si no en el alma de ver cómo está nuestro país. No nos equivoquemos, yo no estoy en contra de que haya ricos, estoy en contra de que haya gente que amanece y no sabe si comerán sus hijos, que no tienen para calentarse o para resguardarse de la intemperie. El Informe de Cáritas, muestra de manera contundente la dimensión de los efectos sociales de la crisis en las personas más pobres. El incremento severo de la desigualdad social que nos muestra una sociedad fracturada, la fractura social se ha instalado entre nosotros y con el tiempo cada vez será más difícil que las personas empobrecidas puedan salir de la exclusión. Es más, este incremento de la desigualdad ha venido acompañado de una disminución de los recursos de protección social pública en su vertiente redistributiva y asistencial. Antes, en el colegio teníamos las huchas para los chinitos, después vinieron los sobres para el Domund y más tarde las banderitas para África, pero ahora están aquí, si aquí al lado nuestro, casi en la misma puerta. Al mismo tiempo, los recortes en los servicios públicos de bienestar pueden suponer una ruptura definitiva para los más pobres. Es decir, si la austeridad vulnera los derechos sociales, estamos abandonando a los más pobres. Si es verdad que siempre la pobreza y la exclusión hieren el corazón, la desigualdad es un escándalo ético y político.
Antonio Luis Gallardo (Granada)