EL CASTIGO DE MORENO BONILLA ALMERÍA
mia, es directamente demoledor. En estos dos años de gobierno de Moreno Bonilla, Andalucía ha ido de mal en peor. En este tiempo, todos los indicadores se han desplomado y no ha sido sólo como consecuencia de la irrupción del covid-19, sino principalmente por la incapacidad de este gobiernodegestionarlapandemiaypor suempecinamientoenseguirconuna hoja de ruta que, si no servía antes, mucho menos sirve ahora.
PP y Ciudadanos se plantaron en San Telmo con el firme propósito de debilitar los servicios públicos. Es lo que empezaron a hacer en 2019 y es loquehanseguidohaciendoen2020, a pesar de la evidencia de que la batallacontralacovid-19sólosepuedeganar con unos servicios públicos fuertes.
Así, este segundo año de gobierno de las derechas ha venido marcado, en la provincia de Almería, por el cierre del Hospital de la Cruz Roja, cuando más falta hacía. Se perdió, con este cierre, una posibilidad histórica para ampliar el número de camas y de sanitarios de la provincia de Almería, pero además también se perdió la posibilidad de contar con un recurso de urgencia para atender a los enfermos de covid. En su lugar, la Junta de Andalucía apuesta por medicalizar hoteles en caso de quedarse sin espacio en los hospitales de la provincia, lo que es una prueba irrefutable de que la privatización sigue siendo su primera opción para todo.
TambiénhemossufridoenAlmería el cierre del Centro de Actividades Náuticas y el cierre del Centro de Menores de Purchena, en un doble castigo para la provincia de Almería que no tiene parangón en otras provincias andaluzas y que demuestra que, en la práctica, Almería no es precisamente “la niña bonita” del Gobierno andaluz, como sostenía recientemente la delegadadelGobiernoandaluzenAlmería.Enestetiempo,hemosvistocómo se esfumaba el nuevo edificio de consultas externas de Torrecárdenas –diez millones de euros de inversión en Almería que se han volatilizado– y cómo al PP ha preocuparle que se levante o no en Roquetas el segundo hospital de Poniente.
En 24 meses, en nuestra provincia no se ha planificado ni un nuevo centro de salud y tampoco se ha abierto ni un solo colegio nuevo. El único que se está construyendo, por cierto, es el de Viator, que dejó en marcha el anterior gobierno socialista.
Encuantoalalabordelaúnicaconsejera almeriense, la de Agricultura y Medio Ambiente, su trabajo merece una mención específica, porque sí ha hecho muchas cosas: entre ellas, recortar el presupuesto para la incorporación de jóvenes a la agricultura, recortar el presupuesto para la renovación de invernaderos, eliminar de un plumazo la mitad del dinero previsto para obras hidráulicas, intentar autorizar un hotel en plena bahía de Los Genoveses o autorizar la descarga de toneladas de mineral de hierro por el Puerto de Carboneras.
Llevamos, en definitiva, dos años de mal en peor, por culpa de un gobierno andaluz que sólo le está haciendo daño a nuestra tierra. El Gobierno del cambio –como se presentaron ellos mismos– ha terminado siendo el del cambio a peor, a mucho peor, por culpa de su mala agenda y su empecinamiento en seguir cerrando los ojos a las verdaderas necesidades de los almerienses y los andaluces.