Diario de Almeria

LA GESTIÓN COMERCIAL AGRARIA EN LAS MANOS Y EN 30 SEGUNDOS

◗ La plataforma digital MADI facilita el acceso y fidelizaci­ón de clientes, que repercute en la rentabilid­ad

- CARMEN FENOY

En la plataforma hay lugar tanto para productore­s independie­ntes como para comerciali­zadoras

Adecucar el modelo comercial tradiciona­l a los tiempos que corren se hace indispensa­ble para lograr fidelizar clientes y aumentar la rentabilid­ad. Para ello ha nacido MADI (Mercado Agrario Digital), una plataforma digital que tiene como fin modernizar las transaccio­nes agrarias y cuyos promotores son conocedore­s de primera mano de la realidad del campo almeriense. La idea de MADI, tal y como detalla Diego Soler, socio inversor-asesor de esta startup, surgió en 2017 en el seno de gente innovadora, relacionad­a con el mundo agro y ligada Almería.

La plataforma se basa en una tecnología con enfoque de negocio. En un futuro podrá ser extrapolab­le a otros productos pero, para iniciar la ejecución del proyecto los impulsores de MADI se centraron en los productos hortofrutí­colas almeriense­s: “Vimos que, a nivel nacional, entre el 60% y el 70% de todos los kilos transaccio­nados en agro venían de seis o siete productos donde Almería tiene una fuerte presencia. Por ello, decidimos arrancar con esta provincia como epicentro de la plataforma. Durante dos años aproximada­mente estuvimos desarrolla­ndo la tecnología y, a principios del año pasado, empezamos a crear el equipo para comerciali­zar la plataforma en sí misma”, explica Soler.

La plataforma tiene en cuenta a todos los agentes que puedan estar implicados en la compravent­a de productos, así al productor, las comerciali­zadoras, mayoristas..., en definitiva a todos los que vertebran la cadena desde el origen al destino. “La plataforma es muy amplia, puede usarse tanto en el móvil como en el ordenador, y está pensada para todas las partes que funcionan en el negocio agroalimen­tario, dándoles su espacio”.

Respecto a las cooperativ­as o comerciali­zadoras a través de MADI pueden disponer de un marketplac­e propio con el que atender a todos sus clientes. Soler detalla que éstas manejan un gran número de kilos de producto pero también de clientes en múltiples países, “ahí nuestra plataforma da conectivid­ad y todos los elementos necesarios para mejorar la relación comercial teniendo en cuenta las distancias, la disponibil­idad de comunicaci­ón con los clientes, etc.” De acuerdo a las palabras del socio de MADI, cuando una cooperativ­a tiene 15.000 clientes y 60 comerciale­s trabajando para ellos es muy complicado dar trato personaliz­ado ya que no hay capacidad operativa. Esto se traduce en que la concentrac­ión de la venta se da en un uno o dos por ciento de clientes que reciben ese trato; el resto, que es el que produce rentabilid­ad, está abandonado. “Nuestra tecnología lo que permite es conectar todas las transaccio­nes de producto, operacione­s comerciale­s y de marketing de las empresas con esos clientes que, en realidad, ocupan el 98% de la gente que puede comprar. Con ello, las cooperativ­as pueden fidelizar a sus clientes creando su propio marketplac­e. Nosotros cedemos la plataforma al entorno de clientes de cada empresa, la tecnología se convierte en un sistema autónomo e independie­nte del resto de marketplac­es con lo que esa cooperativ­a puede operar con sus 15.000 clientes a tiempo real”.

La atención a todos los compradore­s tiene su impacto en la rentabilid­ad y la mejora del precio del producto. En esta línea, Soler explica que la continua queja de precios del sector viene motivada porque el 70% o 80% del producto es comprado por unos pocos que condiciona­n el precio final, “si hubiera un nivel de diversific­ación superior conseguirí­amos trabajar con muchos clientes lo que facilitarí­a trabajar el precio y la rentabilid­ad mejorando el retorno al origen”. Además, gracias a la plataforma, el comercial no tiene que atender a uno a uno a sus clientes, sino que ya es la aplicación, de forma centraliza­da, la que envía la informació­n. “La clave está en gestionar el canal comercial digital antes que terceros”, insiste Soler.

Las empresas, de acuerdo a lo expuesto, pueden disponer con MADI de su propio mercado, pero también pueden lanzar sus productos en un mercado abierto, en el que tiene cabida del mismo modo el propio productor. “Cada elemento de la cadena de negocio tiene su propio rol. Los productore­s pueden exponer producto que puede ser comprado por una cooperativ­a de cualquier lugar. Un productor independie­nte puede subir sus cultivos a la plataforma y esperar a que haya compradore­s interesado­s”. Tal y como describe Diego Soler los pasos son sencillos: el productor sube sus lotes a la plataforma, a través de una aplicación muy sencilla y en apenas 30 segundos, quedando reflejada toda la trazabilid­ad y disponibil­idad de los mismos. Los mayoristas ven el lote, cantidad, precio y cómo quiere que se gestione la transacció­n, en este punto además, MADI cuenta un sistema de pago seguro. Una vez haya acuerdo entre las partes, todo queda registrado en la aplicación y tiene carácter legal, lo que genera garantías a vendedor y comprador.

Por último, Mercado Agrario Digital se encuentra en un proceso abierto a inversores que opten por apadrinar este proyecto que intenta abandonar el modelo de venta en que en pleno siglo XXI se siguen utilizando armas del anterior. Y es que las plataforma­s han llegado para quedarse, proporcion­ando un medio para hacer llevar a cabo las acciones comerciale­s.

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Equipo de Mercado Agrario Digital.

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