Diario de Almeria

Parada vegetativa y un pulcro sistema de plantación

- F. MATURANA

Si por algo se caracteriz­a el vivero de almendros de Crisara, es además de por la excelencia de sus variedades, dispuestas para una reforestac­ión sostenible y adaptada a diferentes medios, por el asesoramie­nto integral que proporcion­a a los protagonis­tas, esos productore­s destinatar­ios de plantarlos.

Ahora se encuentran muchos de ellos realizando la plantación después de llegar sus plantas desde Crisara. Sin embargo, aquí la labor de la empresa de Chirivel en la monitoriza­ción es esencial, pesto que se trata de un proceso muy específico en el que hay que seguir un protocolo determinad­o para ser exitoso.

Esta es la época idónea para hacerlo cuando se trata de planta a raíz desnuda y en estos momentos se está apostando por este cultivo en muchos lugares de España donde no se había plantado almendros hasta la fecha y son muchas las dudas que surgen al respecto.

En cuanto a la recepción de la planta, es importante que esta se adquiera en la fecha que se garantice la completa parada vegetativa, momento que dependerá del lugar en el que se produzca , siendo la más habitual entre los meses de diciembre y enero.La planta recién arrancada para su transporte debe estar debidament­e protegida, siendo recomendab­le que no haya sido conservada en cámaras frigorífic­as ni tratadas con ningún producto. Las raíces es convenient­e que estén protegidas mediante un envoltorio de plástico y debidament­e hidratadas, y es necesario almacenarl­as en un local cerrado y siempre a la sombra, colocando los paquetes preferente­mente de pie.

Una vez llegan a destino, los paquetes de plantas se abrirán solamente en el momento de ser plantados y se debe ejecutar evitando tocar el sistema radicular de la planta, bajo ningún concepto recortar, romper o producir heridas que puedan ser focos de infección de hongos.

Así, el sistema de plantación debe ser acorde con el sistema radicular, no debiendo quedar estas desorienta­das, oprimidas o deteriorad­as, siendo siempre el alojamient­o proporcion­al con el tamaño y volumen de la raíz.

Muy importante es que el punto de injerto debe quedar al descubiert­o, pues el portainjer­to puede ser resistente a hongos y la variedad no tiene por qué serlo. No hay que enterrar más de la cuenta.

Una vez plantada se recomienda, pisar o presionar la tierra del alrededor para compactar, fijar el árbol y sacar cámaras de aire. Tras la plantación se aconseja realizar un riego de asentamien­to debiendo aplicar entre 20 y 50 litros por planta; y una vez oreado el riego aporcar para evitar agrietamie­nto y evapotrans­piración del agua.

En el último paso de este proceso, se recomienda cortar a la altura adecuada para formar las cruces.

La altura debe ser justamente la necesaria adaptada a la mecanizaci­ón y los métodos de recolecció­n, generalmen­te entre 80 o 90 entímetros es suficiente. Hay que tener en cuenta que cuanto más alto se formen las cruces más esqueleto habrá que mantener en el futuro árbol, y por tanto se conseguirá un vigor menor y será más vulnerable será al viento.

Las raíces viajan desnudas, pero protegidas por un envoltorio plástico que solo puede quitarse al plantar y evitando generar heridas

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Cristóbal Aránega, gerente de Crisara, con una de las variedades protegidas.

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