Diario de Almeria

La proxeneta reconoce buscar servicios en dos de las víctimas

● La mujer está acusada de prostituir a menores de edad

- M.M. ALMERÍA

El sumario de la causa contra diez investigad­os tras ser detenidos por la Guardia Civilpor la presunta prostituci­ón de cinco menores en la provincia almeriense arroja luces y sombras sobre lo ocurrido. Por ejemplo, la presunta proxeneta, una joven de 20 años que es hermana de una de las víctimas, reconoció que había buscado clientes a dos de

Las víctimas aseguran que era insistente y que se enfadaba si no realizaban los encuentros

las menores, si bien apuntando que fue a petición de éstas, y nunca en el caso de su hermana pequeña u otra de las chicas. Asimismo, insistió en que parte de estas adolescent­es habían comenzado a ejercer antes porque “conocían a una prostituta”, manifestan­do que “conocía ese mundo por una página que vio en un anuncio” y que las búsquedas y publicacio­nes realizadas por ella fueron una suerte de apoyo a las menores porque una de ellas le había pedido “ayuda”. También reconoció que “últimament­e” las había presionado “porque ellas le hacían buscar clientes y si luego no les interesaba ella había perdido el tiempo con el cliente”.

Sin embargó, las menores relataron una versión diferente. Por ejemplo, la víctima cuya madre denunció lo que presuntame­nte ocurría tras comprobar que la adolescent­e recibía mensajes de WhatsApp que buscaban “citas de índole sexual”, mantuvo que la presunta joven le dijo a ella y a otras dos menores, entre ellas la hermana de la detenida, que “tenía unas cosillas para ganar dinero”. Estas declaracio­nes apuntan a la joven como las que propuso esta actividad, quedándose con el 50% de lo que cobrasen por parte de hombres que iban a ser “humillados” por ellas. Insistiero­n en que era la detenida la que presuntame­nte publicaba los anuncios utilizando unos nombres supuestos y la que fijaba los precios de cada servicio.

También, siempre de acuerdo a estos testimonio­s, habría sido la joven la que daba sus números de teléfono a los clientes y concretaba el punto de recogida. Una de ellas manifestó que cuando intentó abandonar esta práctica, la detenida la presionaba “recordándo­le todas las cosas que compraría con el dinero”, que “no podía dejarla tirada” porque “tenía compromiso con clientes.

Subrayaron que la detenida les comentó que “había una forma fácil de ganar dinero”, y que a los meses de comenzar esta actividad, la joven les “ofreció otro tipo de servicios más fuertes”. La única voz discordant­e fue la de la hermana de la investigad­a, quien aseguró no recordar quién había propuesto realizar estos servicios en primer lugar.

Otra de las víctimas aseveró que la investigad­a “aprovechó que ella era consumidor­a de marihuana para incitarla a realizar los servicios”, y otra manifestó que la detenida era “especialme­nte insistente (…) para que no rechazaran ningún servicio, llegando a enfadarse intensamen­te si esto ocurría”, y que incluso llegó a golpear “con el cable del cargador en las piernas por negarse a atender un servicio” a su propia hermana.

El único chico víctima de la trama, que presuntame­nte mantuvo relaciones sexuales con su novia ante uno de los detenidos, mantuvo también que su pareja realizaba estos servicios “bajo las instruccio­nes” de la supuesta proxeneta.

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G.C. Agentes de la Guardia Civil durante uno de los registros practicado­s en la operación ‘Terciaria’.

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