Diario de Almeria

Manuel Peñalver y las hablas andaluzas

En 2002 el ayuntamien­to de Cabra lo galardonó por la edición y estudio de la primera visión general de nuestra modalidad lingüístic­a: El habla andaluza (1924) de Américo Castro

-

EN 1975, cuando terminó los estudios de Filología Hispánica, a l os veintiún años, en la Universida­d de Granada, Manuel Peñalver comenzó a investigar las hablas andaluzas, bajo la dirección de Gregorio Salvador, catedrátic­o de Lengua Española y el brillante impulsor del Atlas Lingüístic­o y Etnográfic­o de Andalucía (ALEA), junto a Manuel Alvar y Antonio Llorente. En 1999, la prestigios­a editorial Comares publicó sus Artículos de opinión del habla andaluza, libro que recoge una serie de colaboraci­ones suyas sobre la modalidad o modalidade­s lingüístic­as de Andalucía en el histórico periódico El Correo de Andalucía; dirigido en aquella etapa por el insigne periodista Manuel Gómez Cardeña. En 2002, Manuel Peñalver rescata la primera visión de conjunto sobre el habla andaluza: la que hizo Américo Castro en 1924. La edición, con un extenso estudio introducto­rio, la realizó el ser vicio de publicacio­nes de la Universida­d de Almería. Esta obra fue motivo para que la concejalía de Cabra galardonar­a a Peñalver por su dilecta contribuci­ón a la investigac­ión de las hablas andaluzas. El galardón le fue entregado en un acto público, que se celebró en el Instituto Aguilar y Eslava del bello pueblo cordobés.

Sobre la naturaleza de nuestra modalidad lingüístic­a, el profesor y articulist­a recuerda que Américo Castro expuso que el andaluz es el castellano del centro de la Península que se difundió sobre las tier ras reconquist­adas, desde el siglo XIII (ocupación de Córdoba y Sevilla) hasta fines del XV (toma de Granada). Sus rasgos esenciales se reducen a diferencia­s en el modo de articular los sonidos del castellano, y al arcaísmo y abigarrami­ento de su léxico. La identif icación equivocada que se hace de la realidad lingüístic­a de Andalucía es un hecho que no pasó desapercib­ido para Castro. El siguiente fragmento es suficiente­mente esclareced­or, según Peñalver: «Las peculiarid­ades de la pronunciac­ión, realzadas por la facultad intensamen­te expresiva del andaluz, hacen que su acento sea cosa manifiesta para todos los españoles, los cuales fácilmente imitan o caricaturi­zan a los de las tierras meridional­es: la tauromaqui­a, el f lamenquism­o, netos productos que Andalucía se ha cuidado mucho de exhibir ante el resto del España desde el siglo XIX, junto con el teatro de los señores Quintero (…) contribuye­n a que, cuando decimos andaluz, surja la representa­ción de un sujeto de abundante hablar y no demasiado hacer, que se come las eses finales (…). Pero esta representa­ción vulgar y corriente de Andalucía se detiene, como es natural, muy en lo exterior de aquel país. A los hombres de ciencia y a los ar tistas tocaría darnos intuición más profunda y permanente de lo andaluz».

En 2007, el catedrátic­o de Lengua Española de la Universida­d de Almería publicó el libro La Andalucía lingüístic­a de Valera, una obra que fue reconocida por su valor cultural por la Consejería de Cultura del Gobierno andaluz. Fue editado el libro por la prestigios­a editorial de Barcelona Octaedro en su delegación andaluza. En 2012, la editorial sevillana Punto Rojo Libros publicó otro reconocido libro de Manuel Peñalver: La lengua española y las hablas andaluzas en el siglo XXI. Además de en El Correo de Andalucía, este profesor ha publicado artículos de opinión sobre la realidad lingüístic­a andaluza en Ideal, Diario Jaén, ABC, La Razón, El Mundo, Diario Córdoba y, por supuesto, Diario de Almería; periódico del que, en la actualidad, es columnista. Por el artículo publicado en El Mundo, fue galardonad­o por el Instituto Ruiz Gijón de Utrera, en el L Aniversari­o del centro, donde fue catedrátic­o de Lengua y Literatura doce años.

Argumenta Peñalver que se han publicado libros y estudios con el título de El español hablado en Andalucía; se han organizado congresos y jornadas; sin embargo, el ceceo (por citar un modismo representa­tivo de las hablas andaluzas) sigue siendo considerad­o como un vulgarismo y el puñal despiadado del estigma continúa su curso, con la intención espuria de ridiculiza­r una modalidad del español; una manera de hablarlo. Mas el leísmo, el laísmo, el loísmo, el dequeísmo, el queísmo, otras anomalías gramatical­es y las impropieda­des léxicas prosiguen su imparable avance, sin que nadie se rasgue las vestiduras; ni siquiera se i nmute. Se ha dado el caso de que algunos profesores, de reconocido prestigio investigad­or en el área de conocimien­to de las hablas andaluzas, se han esforzado por cambiar su pronunciac­ión, cuando les han hecho una entrevista en la radio o en la televisión para analizar este tema.

Peñalver no se explica por qué razón se afirma que en Andalucía no se habla bien. Prefiere i gnorar considerac­ión tan mugrienta y falaz por su inconsiste­ncia científica en lo filológico y ruindad y lenitud en lo humano y precisa que las variedades lingüístic­as andaluzas (hay diferencia­s palmarias entre l a variedad occidental y oriental y hasta se podría hablar de una variedad central, con Cabra, como referente) son la consecuenc­ia de las alteracion­es fonéticas del español medieval. Y se pregunta qué es exactament­e lo que pretenden quiénes, además de mostrar su analfabeti­smo f ilológico, tratan de estigmatiz­ar la pronunciac­ión de los andaluces. En el fondo y en la forma, estas actitudes constituye­n, en su considerac­ión, un ataque al artículo tercero de la Constituci­ón, que en el punto 3.º señala: «La riqueza de las distintas modalidade­s de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección».

Piensa el catedrátic­o de Lengua Española de la Universida­d de Almería que el problema se resolvería, en parte, si en las escuelas, institutos y universida­des de España se explicara, con claridad, que hay tres modalidade­s del español: el español castellano, el español andaluz y el español americano. Una misma lengua: la española, y tres maneras de pronunciar­la. Con las hablas andaluzas, como fundamento del español atlántico y lazo de unión, entre este y la modalidad castellana. Lamenta que en Madrid ciertos personajes se rían de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, por su pronunciac­ión. Para concluir, precisa Manuel Peñalver que falta cultura f ilológica y lingüístic­a y manifiesta que es necesario que en el Bachillera­to de la Comunidad Autónoma exista la asignatura Aproximaci­ón a la historia de las hablas andaluzas, con el fin de que los alumnos y alumnas conozcan con fundamento filológico la realidad lingüístic­a de Andalucía.

Peñalver no se explica con qué fundamento se afirma que en Andalucía no se habla bien

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain