Un duro selectivo mirando a Tokio
● Los seis aspirantes para el K4 500 español realizan seis tiradas para decidir los cuatro que irán a los Juegos
Llegar a los Juegos de Tokio supone una dura prueba para el K4 500 español, que este fin de semana ha iniciado en Trasona un duro selectivo para decidir los cuatro que acudirán a la cita nipona.
El campeón olímpico Marcus Cooper Walz, que ayer integró una de las pruebas, mostró su convencimiento en que de los seis aspirantes, los cuatro que acudan a la cita nipona, “seguro que estarán para pelear por la medalla de oro”. “Será injusto para los dos palistas que queden o quedemos fuera porque todos merecemos ir y ganar una medalla”.
El balear disputó la segunda de las seis tiradas que las tres combinaciones establecidas llevan a cabo en Trasona (Asturias) desde el viernes y hasta el jueves de la próxima semana, para definir los tripulantes del K4 español que buscará el podio en los Juegos.
Tres campeones olímpicos –Craviotto, Walz y Toro– junto a Arévalo –ganador del selectivo para el K1 200 en Tokio– conformaron la combinación que ayer disputó su contrarreloj. El viernes lo hicieron Craviotto, Garrote, Arévalo y Toro. Hoy domingo toca el turno a Craviotto, Walz, Arévalo y Germade.
“El selectivo ha comenzado bien para mí. El otro día en el K1 200 estuve relativamente cerca de las cuatro bestias y ahora en el estreno en el K4 500 he tenido buenas sensaciones en esta primera tirada. Espero que al final gane el mejor, que nos respeten las condiciones y sean todas las tiradas igual”, aseguró Walz.
El balear confesó que los 500 metros son su distancia “favorita” por lo que espera “mucho”, ya que España cuenta con seis deportistas de gran nivel, que se encuentran entre los “mejores del mundo”, por eso “los cuatro que salgan seguro que estarán para pelear por el oro olímpico. Espero que en este K4, esté quien esté, llegue a lo más alto” en Tokio.
El campeón olímpico reconoce que ya domina “un poco cómo funcionan” los Juegos, por lo que le resulta “familiar” el trámite de clasificación a última hora y acudir a la cita, lo que le da la “pequeña ventaja de poder ir más tranquilo y preparado, sobre todo mentalmente”, de lo que estuvo en Río. “Además, iría con una mentalidad distinta, sabiendo que podemos lograr algo grande”.