“Han sido momentos difíciles, hasta desmayos por teléfono”
● La enfermera referente del Distrito Almería recuerda la batalla: “No podíamos acostarnos sin cerrar el aula”
La enfermera referente del distrito sanitario Almería, Sonia Martínez, mira atrás y reconoce que estuvo a punto de desmoronarse en más de una ocasión. Cuando más arreciaba la tercera ola, con más de 150 positivos en los colegios almerienses en una jornada, al día le faltaban horas y a su alrededor todo eran rostros de agotamiento por la inmensa presión. Confiesa que más de uno en su equipo de quince profesionales rompió a llorar cuando se disparaban los contagios en las aulas alargando su horario hasta bien entrada la noche. No podían dejar sin PCR a ningún alumno ni docente ni abrir un aula con casos bajo sospecha. Un sacrificio en lo profesional y también en lo personal por el que dejaron de atender sus responsabilidades como madres y padres para ser el escudo de las aulas.
Pero fue precisamente esa vocación y capacidad de trabajo de la enfermería escolar la que les empujó a seguir trabajando, una familia en la que se apoyaban unos a otros. “La vuelta de la Navidad fue muy dura, estábamos desbordados, pero nos dimos fuerza y estoy muy orgullosa de mis guerreras”, comenta. “No podíamos acostarnos sin parar el aula, ni esperar a la mañana siguiente. Quiero agradecer la comprensión a nuestras familias por entender nuestras largas ausencias velando por la seguridad de los centros educativos”.
Porque no sólo detectan positivos y blindan las aulas, también prestan una asistencia psicológica y emocional a profesores, madres y padres que engrandece aún más su hazaña covídica. “Hemos vivido situaciones de todo tipo y momentos muy difíciles, hasta desmayos por teléfono. Personas que se ponían a llorar cuando le confirmabas el positivo porque tienen bebés o viven con personas mayores”. Han establecido un nexo con los centros educativos que es cada vez más estrecho. “Nos llaman para todo, cuando hay personal con síntomas, para informarse de las vacunas, para que contactemos con unos padres que están preocupados... esta figura de enfermera escolar ha sido imprescindible para el buen desarrollo del curso”.