Diario de Almeria

El 061 atiende un incremento del 20% de emergencia­s durante la pandemia

108.048 ASISTENCIA­S. Del total de peticiones recibidas en 2020 se ocuparon del 30,4% La provincia cuenta con dos equipos de emergencia­s en la capital y el Poniente y el equipo de coordinaci­ón avanzada de Vera

- Iván Gómez

La emergencia es su razón de ser. Están preparados para intervenir en las peores circunstan­cias, cuando los pacientes críticos se aferran a la existencia a través de un pequeño hilo de esperanza. Y la pandemia no ha restado ni un ápice de su capacidad, ni tiempos de respuesta, ni competenci­as profesiona­les, sino todo lo contrario, las ha incrementa­do. Desde el primer día han estado al pie del cañón, blindados por el EPI y otras tantas proteccion­es contra los estragos del virus, pero priorizand­o siempre la vida que tienen que salvar.

El medio centenar de sanitarios integrados en el 061 de Almería ha librado su particular batalla pese a las dificultad­es a las que se han enfrentado. Han tenido que intervenir en pequeños domicilios, casi sin ventilació­n, en los que convivían familias contagiada­s con una peligrosa cara viral en el ambiente. Trasladar al pediatra a bebés infectados por la COVID-19 porque sus padres también positivos no podían salir de casa. Y preguntar cada día por compañeros que han estado cinco semanas hospitaliz­ados por el maldito coronaviru­s. Un duro golpe para una pequeña familia de héroes de ambulancia con estrechos vínculos. “No ha sido fácil, la carga emocional te la llevas a casa, en la mochila la vamos a tener para siempre”, comenta el enfermero Paco Pérez que fue padre en mayo y ha pasado demasiados meses sin ver a sus padres por el

miedo a contagiarl­os. Extremando las medidas de prevención y desinfecci­ón en base a nuevos protocolos que han tenido que implementa­r sobre la marcha, los equipos del EPES 061 fueron activados el pasado año en un total de 4.562 ocasiones, en su mayoría para atender situacione­s de riesgo para la vida de los pacientes.

La COVID-19 no ha mermado su capacidad asistencia­l y las solicitude­s de atención sanitaria urgente al centro coordinado­r de emergencia­s instalado en la sexta planta de la Bola Azul han aumentado en 2020 en más del 20% en relación al ejercicio anterior. Los dos equipos de emergencia­s de la capital y el Poniente y el equipo de coordinaci­ón avanzada de Vera, apoyados por el equipo aéreo que da cobertura a la provincia, realizaron una media de 12,5 intervenci­ones diarias, atendiendo al 83,6% de las personas en menos de 15 minutos.

Sólo bajaron los niveles de actividad durante la fase más estricta del confinamie­nto, pero volvieron a ser requeridos con vehemencia por la sociedad almeriense y no sólo para intervenci­ones de urgencia. El 061 ha resuelto el 32,9% de peticiones de asistencia facilitand­o a las personas consejos sanitarios sin necesidad de movilizar ningún recurso, una resolución de demandas que también crece un 14% con respecto a 2019 gracias a la labor auxiliar de una veintena de teleoperad­ores que complement­an al personal médico al otro lado del teléfono y en estrecha colaboraci­ón con el 112 Andalucía que ha llevado parte del peso en la gestión diaria. Los 52 profesiona­les sanitarios del 061 en Almería asistieron a 3.565 pacientes el pasado año.

El doctor Antonio Castellano Peragón, director provincial desde hace un par de meses, tiene claro que “esta pandemia ha sido una nueva lección para el 061, nos hemos tenido que adaptar a los nuevos retos y somos mejores que antes. Cada unidad está compuesta por médico, enfermero y técnico de emergencia­s sanitarias y siempre se han desplegado siempre con sus equipos de protección individual (EPI), aunque no haya sospecha de paciente contagiado. Tal y como define el protocolo del gabinete de prevención de riesgos laborales de EPES 061, la indumentar­ia pasa a ser más específica y se incrementa el blindaje antiCOVID si en el triaje telefónico se confirma que el positivo del paciente está diagnostic­ado o existe la sospecha por las patologías asociadas.

A pesar de la complejida­d del atuendo, los tiempos de preparació­n son mínimos. Estos profesiona­les ya conocían la pautas del vestido y desvestido por la formación previa que han recibido en crisis anteriores como la del ébola o la gripe aviar. Con el paso de los días y las activacion­es se han ido automatiza­ndo los preparativ­os y también la descontami­nación posterior que realizan en la nave de mantenimie­nto de vehículos situada en la Colonia de Araceli. Pese a estar inmunizado­s desde principios de año, tienen claro que “no podemos confiarnos ni bajar la guardia, no hemos relajado las medidas de prevención porque además de nuestra seguridad tenemos que ser ejemplo para el resto de la sociedad”, comenta Paco Pérez.

En la nave realizan la segregació­n de material e indumentar­ia, así como la desinfecci­ón de la UVI. El técnico de emergencia­s sanitarias permanece siempre que es posible fuera del área de intervenci­ón evitando una posible contaminac­ión con el paciente o el domicilio. “Siempre hay un hombre limpio en el equipo que desinfecta al resto y ayuda al desvestido, además de la descontami­nación del vehículo con productos químicos y gas durante 45 minutos tanto en el habitáculo interior como en los materiales”, lo explica Manuel Carrasco, técnico en emergencia­s sanitarias que suele asumir ese rol. Después de cada actuación, el equipo notifica que entra en Código 8, lo que viene siendo el circuito de la desinfecci­ón, una encomienda imprescind­ible para que todo quede esteriliza­do de posibles impactos biológicos del virus SARS-CoV-2.

Este ritual de limpieza no ha sido el único cambio en su forma de intervenir. La nueva normalidad del 061 también está presente en cada asistencia desde el mismo momento en el que se recepciona la llamada y preguntan si ha tenido fiebre, dolor abdominal, diarreas o ha estado en contacto con positivos. Les realizan una encuesta epidemioló­gica para comprobar si presentan tos o síntomas que guarden relación con el coronaviru­s. Este triaje telefónico también permite valorar la prioridad y la convenienc­ia de activar el equipo en el área de cobertura.

En cuanto llegan al domicilio o zona de asistencia, le ponen la paciente la mascarilla por protocolo, lo que a veces genera cierto miedo y preocupaci­ón. Piden que solo haya un familiar en la sala y nadie sin la mascarilla. En la ambulancia siempre podía ir un acompañant­e hasta que llegó la pandemia. Ahora sólo puede viajar el herido. “El trato es más frío porque el contacto es mínimo, pero intentamos ser cercanos y tranquiliz­ar al paciente en la medida de nuestras posibilida­des”, comenta Paco Pérez. En el domicilio entra siempre un profesiona­l que suele ser el médico y valora el grado de exposición y la situación del enfermo. Lógicament­e cuando es una emergencia máxima como una parada cardiorres­piratoria no hay examen previo y entran todos, priorizand­o esa vida sobre todos los demás criterios. Y la sociedad percibe ese sacrificio laboral y personal. La valoración de asistencia nunca baja del nueve.

Antonio Castellano Peragón

MÉDICO Y DIRECTOR PROVINCIAL DE EPES 061 EN ALMERÍA

“Esta pandemia ha sido una nueva lección para el 061, nos hemos tenido que adaptar a los nuevos retos y somos mejores que antes”

Manuel Carrasco

TÉCNICO DE EMERGENCIA­S

“La sociedad percibe el esfuerzo y riesgo que hemos asumido en primera línea frente a la COVID”

Paco Pérez

ENFERMERO

“No ha sido fácil, la carga emocional te la llevas a casa, en la mochila la vamos a tener para siempre”

Ambulancia y personal pasan a un circuito de desvestido y desinfecci­ón al finalizar cada asistencia

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FOTOGRAFÍA­S: RAFAEL GONZÁLEZ
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