Son tan sabrosas como beneficiosas para la salud
Las setas cultivadas son alimentos económicos, accesibles y llenos de propiedades nutricionales y saludables. Actualmente se recomienda consumir setas cultivadas unas tres veces por semana, preferiblemente si éstas son el ingrediente principal del plato. El consumo de setas es ideal para mantener la línea, ya que estas sacian pero no engordan. Su aporte calórico es tan bajo (26 kcal/100g champiñón y seta de ostra; 34 kcal/100g shiitake) porque el 80-90% de una seta es agua, siendo el resto carbohidratos, proteínas y fibra. Es esta última la que produce el efecto saciante y favorece el tránsito intestinal. Al mismo tiempo que nos evitan engordar, su alto poder nutritivo convierte a las setas cultivadas en una fuente importante de vitaminas y minerales. Estas poseen vitaminas del tipo B y D, así como pequeñas dosis de vitamina C y E. Su consumo también aporta minerales esenciales como el selenio, el fósforo o el potasio, siendo aptas para dietas bajas en sal debido a su mínimo contenido en sodio. También destacan por ser el único alimento no animal que presenta todos los aminoácidos esenciales, que unido a su importante aporte en proteínas (15-35% de peso seco), las convierte en el ingrediente ideal para dietas vegetarianas o veganas. Otro beneficio del consumo de setas cultivadas son sus propiedades cardiobasculares. Las setas no sólo son bajas en grasa (menos del 5% en peso seco) y colesterol (0% en peso seco), sino que además reducen los propios niveles de colesterol en sangre, favoreciendo el correcto funcionamiento del corazón, nuestro músculo vital.