Nueve palestinos mueren en Gaza en plena escalada de violencia con Israel
● Los enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas dejan más de 300 heridos en una de las jornadas más tensas en años en Jerusalén
Nueve palestinos, entre ellos tres niños, murieron ayer en Gaza, según el Ministerio de Sanidad, en plena escalada de violencia con Israel tras el lanzamiento de cohetes desde el enclave, que llegaron hasta Jerusalén, en una de las jornadas más tensas de los últimos años.
El Ejército israelí confirmó bombardeos de represalia en la Franja y varios ataques selectivos contra milicianos y objetivos del movimiento islamista Hamas, que controla de facto el enclave, pero dijo “no poder asegurar que todas las muertes fueran producto de éstos”.
Las milicias armadas de la Franja habían dado un ultimátum a Israel durante la tensa jornada de ayer en Jerusalén, tras lo que lanzaron más de 45 proyectiles que hicieron sonar las alarmas antiaéreas en localidades israelíes colindantes con la Franja, en Jerusalén y el área de Beit Shemesh (centro de Israel).
Seis de los proyectiles fueron disparados hacia Jerusalén, de los que cuales uno fue interceptado, otro cayó en una casa a las afueras de la ciudad y el resto en áreas despobladas.
“Tenemos la capacidad, la autoridad y la intención de dar un fuerte golpe a Hamas”, aseguró un portavoz del Ejército, en respuesta a los disparos de ayer, y adelantó que prevé que “la escalada dure un tiempo prolongado”.
El Ejército israelí informó de refuerzos en el sur del país y aseguró estar preparado para “cualquier escenario”, “incluyendo de alta intensidad.
La Ciudad Santa vivió desde la mañana de ayer un nuevo pico de tensión cuando las fuerzas israelíes entraron en la Explanada de las Mezquitas, después de la irrupción del viernes, donde se volvieron a producir fuertes enfrentamientos con los palestinos, que dejaron más de 300 heridos.
En la Puerta de Damasco, donde se concentraron los disturbios durante toda la semana, decenas de jóvenes palestinos se congregaron para impedir el paso de una marcha ultranacionalista judía por el llamado Día de Jerusalén, que finalmente quedó interrumpida.
Año tras año, los israelíes recuerdan en esta fecha lo que consideran la reunificación de la ciudad en la Guerra de los Seis Días de 1967, que para los palestinos representa el comienzo de la ocupación y que suele generar fuertes tensiones en la urbe.
Ante los incidentes de ayer, el primer ministro en funciones israelí, Benjamin Netanyahu, describió las disputas como “una lucha por el corazón de Jerusalén” y mostró su apoyó a la Policía.
El presidente palestino, Mahmud Abbas, describió los enfrentamientos como “un asalto brutal de las fuerzas de ocupación israelíes contra los fieles” y dijo que esto representa “un nuevo reto para la comunidad internacional”.