Diario de Almeria

Lady Penny Brabourne, la ‘amiga entrañable’ del duque de Edimburgo

● Fue la única invitada que no era de la familia en su funeral ● El esposo de Isabel II y la ‘Corinna británica’ mantenían una relación desde hace más de 50 años

- Fátima Díaz

Isabel II de Inglaterra siempre exigió a su marido, Felipe de Edimburgo, lealtad, no fidelidad. De hecho, hay hasta seis nombres (conocidos) de nombres que engrosan la larga lista de amantes que tuvo el consorte de la monarca británica durante sus 73 años de matrimonio con ella. La reina Isabel no es la única mujer que llora la muerte del duque de Edimburgo, quien falleció el pasado 9 de abril. Tuvo numerosas amigas entrañable­s pero hubo una en concreto, la más importante, que fue durante 50 años su apoyo moral y su confidente. Se trata de Penélope Romsey, conocida como Lady Penny Brabourne. La reina, por supuesto, conocía su existencia. De hecho, llamó la atención en el funeral de Felipe de Edimburgo el 17 de abril, marcado por las restriccio­nes de aforo debido a la pandemia, que Lady Penny Brabourne fuera la única invitada que no pertenecía a la familia.

El duque de Edimburgo y Lady Penny Brabourne se conocieron en un partido de polo en 1975 y desde entonces fueron inseparabl­es. A pesar de la gran diferencia de edad que los separaba (23 años), era frecuente verlos juntos en numerosos eventos sociales. Y, lo que es más: la aristócrat­a e Isabel II también han sido vistas públicamen­te, sobre todo en eventos deportivos, en actitud amistosa, compartien­do confidenci­as y risas. La reina asistió en su momento a la boda de la hija de Penélope, de quien el príncipe Carlos fue su padrino, han compartido coche para ir a la iglesia y han asistido juntas a competicio­nes ecuestres en Windsor.

A mediados de la década de los 70 Lady Penny era novia de Lord Brabourne, conde de Mountbatte­n de Burma y, sorpresa, uno de los ahijados del propio príncipe Felipe. Ambos pasaron por el altar cuatro años más tarde, pero eso no impidió que la relación entre Penélope y el duque de Edimburgo siguiese siendo muy ‘especial’, como siempre se han referido a ella los tabloides británicos.

La relación entre el duque de Edimburgo y la aristócrat­a se empezó a estrechar en 1994 cuando él comenzó a enseñarle cómo conducir un carruaje. Los dos solían dejarse ver juntos en el Royal Windsor Horse Show y otras competicio­nes deportivas. “Ella era una visitante habitual en Sandringha­m, a pesar de su diferencia de edad de 30 años”, explica la revista Tatler.

Lo realmente curioso de Lady Penny no es que cuente con el beneplácit­o de la mujer de su amigo especial para pasar tiempo con él –ya sea porque sólo es una amiga de verdad o porque tenía asumida su presencia ya–, sino que Penélope jugó un papel importantí­simo en la relación del príncipe Carlos con Camilla Parker Bowles. Era ella la dueña del piso londinense ubicado en el barrio de Chelsea donde ambos comenzaron su relación, antes de que Lady Di apareciese en escena. Porque si algo hay que dejar también muy claro es que Penélope siempre fue del equipo de Camilla, por considerar que Diana no era la mejor opción como esposa para el que un día sería (y será) el futuro de rey de Inglaterra.

No sólo Lady Penny ha sido un gran apoyo tanto para el duque de Edimburgo como para su hijo, sino que ella también encontró en la amistad con el esposo de la reina de Inglaterra un hombro sobre el que llorar cuando su marido, Lord Brabourne, la abandonó hace unos meses para huir a las Bahamas con su amante.

La reina la conocía, e incluso se la vio con ella en público en actitud amistosa

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GTRES Felipe de Edimburgo y Lady Penny, en un almuerzo en Sandrigham.
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EFE Lady Penny, en el funeral.

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