‘PAQUEROS’
LA producción originaria de Los hombres de Paco, creación de Álex Pina antes de dar el gran salto con La casa de papel, fue un nexo entre la ficción costumbrista española que se forjó en los 90 (series con bar, niños, abuelos) y las nuevas formas de las que Antena 3 fue vanguardia con escenas de acción creíbles, tramas con voltaje sexual y exhibición de nuevos intérpretes, ídolos guapos, sustentados por veteranos. Los hombres de Paco tomaba conceptos de esos dos tiempos de la ficción televisiva española. Quedó en los buenos recuerdos de la audiencia generalista, cuando la gente se apiñaba a la vez a ver qué echaban en el prime time eterno y que empezaba sobre las diez y pico. El primer capítulo de lo nuevo de Paco comenzó pasadas las once y ya eso marca distancias. Hay que ser un espectador cariñoso para aguantar ya tantas esperas, cortes y aplazamientos publicitarios.
Los hombres de Paco era una comedia de acción simpática, que se hizo un poco más adulta pasadas las temporadas y que es más querida por el carácter de sus actores-personajes que por la calidad de los guiones o los golpes de humor que fue perdiendo en favor de las tramas sentimentales y de intriga.
La serie de Paco Tous/Miranda quedó bien finalizada diez años atrás, pero en este panorama de producción desaforada con las plataformas y donde las marcas terminan teniendo su valor de fidelidad se optó por recuperarla para una audiencia nostálgica que la tenía entre sus recuerdos juveniles. Por poca audiencia que arrastrara seguro que iba a funcionar mejor que una que parte de cero. Y así es. La recuperación de los paqueros por Globomedia y Atresmedia es por pura confianza de que el público está ahí.
El arranque ha dejado más bien frío al personal, con unas primeras escenas basadas sólo en dos personajes, Paco y Mariano, más la cuota femenina, y unas ráfagas de acción aparatosa donde se concentra el presupuesto. Ritmo pastoso, gags a medio gas, el regreso ha sido para fans con aprecio incondicional a prueba de bombas nucleares.