INCOHERENCIA POR BANDERA
EL retorno del público a los estadios ha sido uno de los temas más candentes dentro del deporte desde que la pandemia nos invadió. Una vuelta a las gradas, cuando las competiciones están en su recta final, que esta semana ha vivido su enésimo capítulo. Un capítulo que, como era de esperar, no ha esquivado el debate. Sí, vuelve el público a los estadios de fútbol profesional y a los pabellones de ACB, pero solo a algunos. Tan solo en aquellas comunidades autónomas que se encuentren en nivel 1 podrán disfrutar de ello. Una medida que crea un principio de desigualdad entre los equipos participantes, lo cual ya ha causado descontento entre algunas entidades. La vuelta de los aficionados, aunque solo sean algunos, a sus asientos es una noticia positiva y que muchos seguidores merecían. Pero lo que a este periodista le resulta incomprensible que no se sigan los criterios que han tenido otros espectáculos o el mismo fútbol en su vertiente no profesional. ¿Acaso el dichoso virus es más peligroso dependiendo de la categoría? ¿Por qué esta clara discriminación? Pero aquí no queda la cosa. Ayer mismo, el ministro del Interior anunció la presencia de hasta 16.000 personas en los partidos de la Eurocopa que se celebren en el Estadio de La Cartuja. Una capacidad que triplica la máxima de 5.000 que se va a permitir ahora en la competición liguera. Todo ello cuando falta apenas un mes para que arranque el máximo torneo europeo de selecciones. Un recinto que se encuentra, por cierto, en una comunidad autónoma que todavía no va a poder disfrutar de la presencia de aficionados en encuentros de futbol profesional. Una muestra más de que lo importante para los políticos, por encima de la salud y el deporte, es ponerse la medallita. Una incoherencia más y uno ya ha perdido la cuenta. Sigan.
La medida crea un principio de desigualdad entre los participantes