La escalada bélica pilla “desprevenido” a un Biden volcado con los asuntos domésticos

La nueva escalada bélica entre Israel y Palestina sorprendió al presidente estadounidense, Joe Biden, sin un embajador en la zona y a la que respondió con el habitual respaldo de Washington al derecho a defenderse del Estado judío. Tras una semana de bombardeos entre el Ejército israelí y las milicias palestinas en la Franja de Gaza, Biden trató en las últimas horas de reafirmar su posición de mediación con llamadas al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y al presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas, quien, no obstante, sólo gobierna en partes de Cisjordania, y EEUU no tiene interlocución directa con la organización islamista Hamas, que controla de facto Gaza, y al que considera un grupo terrorista.

“Desde luego, la Administración Biden no estaba preparada. Esta crisis le ha pillado totalmente desprevenido”, aseguró Nizar Farsakh, experto de la Universidad George Washington de Virginia y quien fuera asesor del ex primer ministro palestino Salam Fayad.

Farsakh remarcó que, desde su llegada a la Casa Blanca, Biden había dejado claro de que su “foco” serían los asuntos domésticos, por lo que el Gobierno ha tenido “un tiempo sumamente difícil tratando de ponerse al día”.

El enviado de Biden, Hady Amr, se reunió ayer con el ministro de Defensa israelí, Beny Gantz, sin que se concretasen avances sobre una posible tregua.

Biden pasó varios días antes de reaccionar ante la mayor ola de violencia entre Israel y las milicias palestinas desde 2014. Y, cuando lo hizo, reiteró la tradicionales muestras de apoyo inquebrantable de Washington a sus aliados israelíes. El comunicado de Biden se produjo, además, apenas unas horas tras el bombardeo israelí al edificio donde tenían la sede varios medios internacionales en Gaza, entre ellos agencia estadounidense Associated Press, cuyo presidente, Gary Pruitt, calificó el ataque de “perturbador” y recalcó que “el mundo sabrá ahora menos” de lo que pasa allí.