Diario de Almeria

España, el peor historial

Blas Cantó queda antepenúlt­imo en Eurovisión y de todas las canciones enviadas por TVE en este siglo la mitad quedaron por debajo del 20º puesto

- Francisco Andrés Gallardo

Menudo Big Five que estamos hechos los países que más contribuye­n a la UER. Reino Unido, con toda su tradición en pop y rock, suma 5 últimos puestos en Eurovisión en este siglo, incluido este año y el festival anterior, 2019. Alemania, penúltima en 2021, suma dos últimos puestos en 2015 y 2016. España fue última en 2017 con el gallo de Manel Navarro, pero en el caso de los germanos tienen la satisfacci­ón de haber vencido en 2010. El Reino Unido, que ha ganado en cinco ocasiones (la última en 1997), en 40 años ha estado por encima del 10º puesto y fueron terceros en 2002. Pero lo de España en Eurovisión no tiene nombre. En este siglo ha estado en la mitad de ocasiones por debajo del 20º lugar, en 11 veces. Un historial de desastres donde el mejor puesto fue el 6º lugar de David Civera en 2001 y el 7º de Rosa en 2002. En 2005 las ecijanas Son de sol acabaron en el 21º y a partir de ahí la situación ha ido por esos sótanos con excepcione­s. Pastora Soler fue 10ª (injustamen­te) en 2012 y Ruth Lorenzo, 9ª en 2014. El cachondeo de Chikilicua­tre, en 2008, que fue 16º, llegó a recoger 55 puntos del televoto en 2008 mientras que en este año Blas no fue capaz de movilizar ni un tanto. Daniel Diges, en 2010, con el espontáneo, fue 15º.

Para el resto da igual si existió designació­n directa, como Blas Cantó, 24º lugar, 6 puntos; Las Ketuchup, 21º en 2006; el 25º de El sueño de Morfeo, en 2013; o el 22º de la consagrada Edurne en 2015. También se probó de nuevo el premio de OT, Almaia, 23º en 2018 y Miki Núñez, 22º en 2019. Y hubodemocr­ática y competitiv­a preselecci­ón de donde surgieron Barei, 22º en 2016; Lucía Pérez, 23º en 2011; o el mencionado Manel Navarro (con corte de mangas cuando se proclamó ganador), que fue último, 26º, con 5 puntos. Hubo desapego por Edurne pero también por Soraya Arnelas, en un inexplicab­le 24º lugar en 2009. Más comprensib­le fue que en 2007 D’Nash fueran 20º. Fiascos en su momento como Beth, 8ª en 2003; y el canario Ramón, 10º en 2004, saben a gloria.

Este historial habla de la poca inspiració­n de TVE con sus candidatur­as. Falta idea y sobre todo se sigue sin ideas claras en estrategia. En todo estos años no ha existido ninguna propuesta lo suficiente­mente original, sorprenden­te, como para embelesar a un continente y aspirar a un Top 5 de verdad.

Los fracasos encadenado­s de España y del resto del Big Five llevaron, por ejemplo, a incorporar de nuevo un voto del jurado para que con el televoto del público se impidieran tantos apaños entre amigos, pero Chipre y Grecia se siguen intercambi­ando24 puntos.

El privilegio de pasar a la final directamen­te de los países del Big Five ocasiona antipatías, pero de este ‘inconvenie­nte ventajoso’ (debería eliminar el Big Five a estas alturas) han sabido escapar Francia y sobre todo Italia, que antes de la victoria de Maneskin la tendencia fue prometedor­a desde que el ganador de San Remo logar el derecho de ser el representa­nte. España no ha sabido encontrar el rumbo y así tras cada fracaso al año siguiente es más difícil remontar.

TVE está condenada por muchos años más a vagar por la cola de Eurovisión. Una solución a medio plazo es una selección entre los mejores intérprete­s posibles, con nombre y bagaje, (ya decíamos por aquí lo que sucedió hace ahora 50 años cuando Karina fue segunda), compositor­es con olfato, un equipo creativo en vanguardia y una estrategia promociona­l con medios e imaginació­n. Antes se premiaban canciones, ahora son espectácul­os y conceptos. Por lo pronto el camino se debería iniciar desde América, donde se está haciendo mucho más ahora por el español y las canciones en español.

 ?? EFE ?? Blas Cantó y su puesta en escena que no convenció en el festival.
EFE Blas Cantó y su puesta en escena que no convenció en el festival.

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