El Claustro es el enclave donde convergen las dependencias
El claustro del Convento es el elemento nuclear interior en torno al que convergen las principales dependencias conventuales; es el centro de la clausura, lugar de estancia y paso a la vez. Su configuración invita al orden, la reflexión, el silencio y la paz, siendo una pieza arquitectónica unitaria, equilibrada y sugestiva. Este bello espacio arquitectónico es el gran desconocido del patrimonio histórico-artístico almeriense, pese a ser del primer tercio del siglo XVI. Los progresivos deterioros constructivos y estructurales, por envejecimiento y transformaciones por obras parciales, menoscabaron en el pasado la integridad arquitectónica original. Las intervenciones de restauración, realizadas en varias fases en el período 1987-2005, que contaron con un fuerte y primordial impulso de la Consejería de Cultura de la Junta, permitieron el rescate del edificio de la degradación y el olvido, así como la salvaguarda y puesta en valor del conjunto arquitectónico que la historia nos ha legado. Intervenciones no solo justificadas por el soporte físico o contenedor edificatorio, sino también por su inseparable uso conventual, que ha sido la razón de ser del edificio en la segunda mitad del milenio. Este tipo de edificios, aparentemente modestos exteriormente y degradados constructiva y estructuralmente, poseen unos valores intrínsecos que una labor de estudio y restauración arquitectónica pone de manifiesto, y transmite a las sucesivas generaciones un conjunto patrimonial salvaguardado, que en este caso constituye, además, un vestigio de una ciudad en buena medida ya desaparecida.