Conceden la libertad condicional a Julián Muñoz por su estado de salud

A la “pluripatologia grave e incurable” que padece, se le ha unido una afección oftalmológica que también es irreversible

El juzgado de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional ha concedido la libertad condicional al exalcalde de Marbella Julián Muñoz, por razones médicas, ya que a la “pluripatología grave e incurable” que padece se le ha sumado una afección oftalmológica que también es incurable. El auto, fechado el pasado 1 de junio, aún no es efectivo, ya que el juzgado da un plazo para posibles recursos, y por lo tanto, aún no es firme.

Julián Muñoz sigue en la situación de tercer grado penitenciario que le fue concedida en mayo de 2016, cuando dejó la prisión para cumplir su condena en el Centro de Inserción Social (CIS) de Algeciras. Este tercer grado le fue concedido también por las graves dolencias que padece, entre ellas una cardiopatía isquémica-hipertensiva, diabetes mellitus tipo I, dislipemia, arteriopatía sistémica con stent ilíaco, insuficiencia venosa, hipoacusia bilateral, adenoma de próstata, artrosis cervical, ictus sin secuelas neurológicas y aneurisma de aorta.

En la actualidad, según fuentes penitenciarias, Julián Muñoz cumple este tercer grado penitenciario en su casa, con una pulsera de control telemático, un sistema que Instituciones Penitenciarias extendió entre los presos que salen al exterior para evitar la propagación del coronavirus entre los internos de los CIS.

El juzgado explica que Julián Muñoz aún no ha cumplido las tres cuartas partes de su condena, periodo exigido para la concesión de la libertad condicional. Pero entiende que puede adelantarse esta condición debido a su situación médica, un criterio al que la fiscalía no se ha opuesto.

Indica el Juzgado que Julián Muñoz realiza labores de voluntariado y está pagando el dinero de la responsabilidad civil a que fue condenado con su pensión de jubilación. No obstante el auto señala que el beneficio que se le ha concedido podría ser revocado si el condenado incumple algunas de las condiciones que se le han impuesto, como vivir bajo la custodia de un familiar, residir en el lugar que haya comunicado al juzgado, tener un seguimiento de los servicios sociales o seguir realizando los pagos a que fue condenado.

Ahora cumple el tercer grado penitenciario en su casa, con una pulsera de control