El desafío de la vacunación en vacaciones
● El problema logístico que se abre ante la inmunización de los desplazados es notable, especialmente para la Atención Primaria de las comunidades que más turismo reciben
¿Vacunarme o irme de vacaciones? El verano ha llegado en pleno acelerón de la campaña, con centenares de miles de pinchazos al día, y muchos son los que, sorprendidos por una citación más temprana de lo que esperaban, se preguntan si podrán recibirlo en su lugar de descanso. ¿Está el sistema preparado?
“Es factible desde los despachos”, comenta a Efe el presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (Anenvac), José Antonio Forcada, quien apunta que el problema no será desde luego el número de dosis, porque con las remesas que están previstas “no debería haber en principio ningún problema de desabastecimiento”.
A primeros de mayo, el Ministerio de Sanidad apremió a los ciudadanos que creían que su citación para vacunarse iba a coincidir con algún desplazamiento que lo comunicaran al sistema sanitario para garantizarse el pinchazo allí donde se trasladen sacándose la tarjeta de desplazado.
“Está previsto para aquellas personas que tienen tarjeta de desplazado y, por tanto, ya están siendo vacunadas en la comunidad autónoma a la que se han desplazado”, dijo la ministra Carolina Darias el 7 de mayo, añadiendo que, “en cualquier caso, los servicios de salud avisan con tiempo para que puedan ser vacunados y, si no, habrá que esperar a cuando acabe el turno del corte (de edad) para poder volver a vacunarse”.
Desde entonces poco se ha hablado del asunto hasta que esta semana varias comunidades han reactivado el debate, sobre el que la Comisión de Salud Pública tratará de dar una respuesta en su reunión de la próxima semana.
El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, insistió el lunes en que esta opción es “factible”, aunque “es mucho más sencillo” modificar la cita en la comunidad de residencia porque “tampoco pasa nada” si la segunda dosis “se pone un poco después”.
Sin embargo, el “problema logístico” que se abre es de notables dimensiones, especialmente para la Atención Primaria de las comunidades que más turismo reciben: además de la propia vacunación, tendrán que asumir las tareas burocráticas de la expedición de la tarjeta de desplazado, que se pide en el centro de salud de la localidad de destino y es válida durante tres meses, explica Forcada.
Hasta que la Comisión de Salud Pública se pronuncie al respecto, de momento Andalucía ya ha anunciado que hará todo “el esfuerzo” de vacunar a los visitantes.
Del mismo modo se ha pronunciado el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla.
La Comunidad Valenciana permitirá adaptar la cita que recibe cada valenciano para vacunarse contra el Covid-19 “a los viajes previstos o las vacaciones” con el fin de favorecer también “la recuperación emocional”, indicó el president de la Generalitat, Ximo Puig.
Galicia ha ido más allá y ha abierto la puerta al turismo en general, también extranjero.
Baleares plantea la necesidad de que se aborde el Consejo Interterritorial y se determine una estrategia nacional. No en vano, calcula que la población flotante que podría requerir esas vacunas puede alcanzar las 200.000 personas. Lo mismo sucede con el País Vasco, cuya consejera de salud, Gotzone Sagardui, ha afirmado que sería “una posibilidad complicada”; si bien ha reconocido que algunos pacientes están rechazando la vacuna cuando se enteran de que la inmunización con la segunda dosis coincide con sus vacaciones.