El G-7 plantea estrechar la cooperación en vacunas, cambio climático y fiscalidad
● Los líderes mundiales se reúnen por primera vez de manera presencial desde que estalló la pandemia ● La estela del ‘Brexit’ difumina los consensos que prevé alcanzar la cumbre
Los líderes de las siete economías más desarrolladas del mundo (G7) se reúnen desde ayer en Cornualles (Reino Unido) para buscar acuerdos que pongan fin a la pandemia del Covid e impulsar la lucha contra el cambio climático y una nueva fiscalidad.
Build Back Better (Reconstruir mejor) es el lema escogido para una cumbre que quiere aprovechar la agitación sísmica provocada por el coronavirus, y los nuevos aires de colaboración que llegan desde el otro lado del Atlántico con la actual Administración estadounidense.
El primer ministro británico, Boris Johnson, dio la bienvenida a los dirigentes de las democracias más desarrolladas, más la Unión Europea, a quienes felicitó por ver finalmente en persona: “No puedo decir hasta qué punto marca una diferencia”.
Los líderes deberán dar respuestas desde ayer y hasta el domingo a algunos de los problemas más acuciantes del planeta, desde la vacunación contra el Covid hasta el cambio climático.
“Necesitamos aprender de la pandemia, asegurarnos de que no repetimos algunos de l os errores que sin duda hemos cometido en los últimos 18 meses”, señaló Johnson ante los dirigentes de Francia, Italia, Alemania, Japón, Canadá y Estados Unidos.
Y agregó que los países tampoco pueden permitirse cometer los mismos fallos que en la gran recesión de 2008, “cuando la recuperación no fue uniforme por todas las partes de la sociedad”.
Debía ser la “cumbre de las vacunas”, pero corre el riesgo de quedarse corta. El compromiso del G-7 de donar de al menos mil millones de dosis a los países en desarrollo ha dejado un poso de insatisfacción en expertos y ONG.
Se espera que las siete democracias más desarrolladas anuncien que donarán mil millones de dosis a los países pobres, aunque el presidente estadounidense, Joe Biden, abrió ya el fuego el jueves al anunciar la compra de 500 millones de dosis a Pfizer para entregarlas a países de bajos ingresos y Johnson prometió otros cien millones.
Son cifras que por si solas suenan estratosféricas, pero que expertos y organizaciones pusieron en su contexto para reclamar un esfuerzo mucho mayor.
“Son una gota en el océano”, a juicio de Aministía Internacional. “Se trata de un fracaso”, atacó Oxfam. Las ONG avisaron de que se necesitarían unas 11.000 millones de dosis para atajar realmente la pandemia, por lo que los compromisos del G-7 (que ostenta un 45% de la riqueza global) suenan a escaso.
Los líderes mundiales se reunían ayer por primera vez de manera presencial desde que estalló la pandemia.
En su agenda, cargada de vacunas y retos existenciales como el cambio climático, las secuelas de la decisión británica de salir de la Unión Europea todavía conservan un carácter prominente en la cumbre.
La estela del Brexit difumina por el momento los consensos generalizados que el G7 prevé alcanzar, y más ahora que el expresidente estadounidense Donald Trump ha quedado fuera de escena.
Hoy será el día de la verdad, con las reuniones bilaterales que sentarán cara a cara a Johnson con el presidente francés, Emmanuel Macron, la canciller alemana, Angela Merkel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
Las ONG ven insuficiente la donación de mil millones de dosis de vacunas a países pobres