Diario de Almeria

Media hora de ensueño

● No exijo que la UDA le hubiese jugado de tú a tú a los de Simeone, pero que no nos nublen la vista con los últimos minutos y aquel fuera de juego que evitó el penalti a favor o el penalti a Arnau

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delanteros habrían podido tener más opciones todavía, porque a este Almería le bastó llegar en contadas ocasiones al área rival en el Metropolit­ano, el estadio más complicado en la actualidad, para asustar en poco más de diez minutos a un Atlético de Madrid que si ahora estuviera en Champions daría guerra.

Aun adoleciend­o una y otra vez de una creación de juego continuada, la UDA pervive en esta campaña tan reñida por no descender. Ante el Atlético se debería haber optado de nuevo por el juego ofensivo directo a los espacios, pero Rubi se empeña en sacar el balón raseado con unos jugadores que no son aptos para ello. Sin ese boquete en forma de gran laguna, este conjunto se asemejaría a esos equipos que salvaban la categoría con solvencia durante tantas temporadas como el Osasuna de antaño o aquel buen Alavés que incluso llegó a triunfar en Europa.

Dejando a Samú casi en solitario para distribuir el juego, no suceden más cosas negativas porque Dios parece ser rojiblanco. Zapatero a tus zapatos, porque el centrocamp­ista luso acompañado de un buen pelotero sí brillaría en lo que sabe hacer, ser perro de presa. No exijo que la UDA le hubiese jugado de tú a tú a los de Simeone, pero que no nos nublen la vista con los últimos minutos y aquel fuera de juego que evitó el penalti a favor o la más que discutible falta dentro del área a Arnau.

Repito una vez más, frente al Valencia bastaron quince minutos de juego ofensivo y creativo para vencer, pero si tanto va el cántaro a la fuente un día se rompe, máxime si se fía todo a los partidos en el Power Horse Stadium. Es cierto que venciendo casi todos esos choques en casa la salvación estaría al alcance de la mano, pero no siempre se puede emular a aquella AD Almería que cuando ganó su primer y único partido lejos del Franco Navarro, en Vallecas, ya estaba salvada con los partidos disputados en el fortín del barrio de Torrecárde­nas.

Todavía en mi retina queda aquella primera media hora que presencié in situ en el epílogo de 1979 ante el Athletic de Bilbao, en la primera temporada de la AD en Primera. Tres a cero en 30 minutos para acabar venciendo por cuatro goles a dos. Esa salvación forjada en casa fue de mantequill­a, sin base futura alguna, pero la que se pudiera lograr en la presente campaña sería todo lo contrario. ¿Qué tal otra media hora de ensueño? Rubi, basta de manosear el esférico, sis plau...

 ?? KIKO HUESCA / EFE ?? Melero y Robertone celebran con Baptistao el tanto del 1-1 en el Metropolit­ano.
KIKO HUESCA / EFE Melero y Robertone celebran con Baptistao el tanto del 1-1 en el Metropolit­ano.

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