Sentimiento y tradición

Cada año, cuando llega la Semana Santa, siempre se plantea lo mismo, que sí que si no, incluso ya hay Partidos Políticos que se plantean su suspensión. Hay pueblos que han perdido sus tradiciones y cultura, por lo tanto son pueblos sin identidad, han dejado de tener conciencia y alma colectiva porque ya no expresan lo que han sido. Expresan como clones lo que cualquier aparato reproduce y transmite, pero ya nada propio sino material previamente fabricado y digerido. Hay pueblos donde incluso ni el pensamiento es oportuno porque las mentes ya están ocupadas de una programación artificial que los ha deshumanizado y convertido en entes no pensantes, inexpresivos y anónimos. No pueden transmitir la esencia de su ser histórico, colectivo e individual. Las tradiciones hacen que el mundo no sea todo igual y homogéneo, identifican a una sociedad en un determinado tiempo de la historia. A veces es bueno que ciertas tradiciones permanezcan, otras veces no lo es. Pero como diría mi madre: “Yo por tradición no bailo el pasodoble si no tengo ganas”. La vida no se trata de sobrevivir a una tempestad, si no que se trata de danzar bajo la lluvia, anímate y mójate. Si te dicen que todo está escrito, arranca la hoja y empieza a escribir. No sé cómo no se les cae la cara de vergüenza, tanto a unos como a otros. Menudo país de pandereta, los que hablan de libertad y derechos son los que aplauden a dictadores, los que hablan de honestidad son los que más casos de corrupción tienen abiertos en los juzgados, y los que hablan del estado de bienestar, son los que allanan el camino a estafadores y chorizos para dejar tiesos a los que menos tienen. Y entre tanto, nosotros, lerdos hasta la médula, les bailamos el agua porque el show debe continuar. Cari, qué harías si nos quedara media hora de vida. Te haría el amor. Y los otros 28 minutos? Sonríe por favor!

(Almería).