De cala del Plomo a la cala San Pedro
● Un sendero de unos 8,5 kilómetros y casi cuatro horas de duración (entre ida y vuelta) llega hasta la paradisiaca playa ‘hippie’
Recorrer el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar es un placer, sobre todo si se hace a pie (desde el mar también es una experiencia única). Una de las rutas más emblemáticas es la que une dos de las calas más recónditas y de más belleza: la del Plomo y la de San Pedro.
Este camino, de ida y vuelta, es de unos 8,5 kilómetros, con una dificultad media y unas 4 horas de duración total. La peor parte es la ascensión a la Rellana de San Pedro y la bajada final a la cala.
Iniciamos la ruta desde una de las playas más espectaculares y emblemáticas de todo el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar: la cala del Plomo. Para llegar hasta ella hay que tomar la carretera que une Fernán
Pérez con Agua Amarga (a través de la AL-5106 si se va desde Agua Amarga, o por la AL-3106 desde Campohermoso). Luego se accede a una pista de tierra por la que habrá que conducir unos 15 minutos hasta llegar al aparcamiento de la cala del Plomo.
Desde el extremo sur de la cala, donde hay un pequeño grupo de viviendas, podemos subir a los acantilados para tener unas hermosas vistas de toda la playa con el pueblo de Agua Amarga al fondo y Mesa Roldán. Girando la vista al otro lado, obtenemos preciosas vistas de la Punta del Plomo.
Es hora de comenzar la ruta. El sendero no está muy bien definido en el inicio, por lo que sirve de referencia un cartel escrito a mano donde se puede leer “Sendero Cala San
Pedro”. Es el inicio de una subida con bastante desnivel, por un camino lleno de piedras que nos llevará hasta la rellana de San Pedro.
Tras un buen rato de ascenso llegamos a la Rellana de San Pedro, donde el sendero se hace más sencillo, llaneando al borde de acantilados con preciosas vistas de varias calas que solo son accesibles por mar. Una de ellas es cala Montoya.
Llegado a este punto es fácil perder de vista el sendero, apenas marcado en las rocas del suelo. Habrá que girar ligeramente a la derecha para rodear la montaña dejando a la derecha un barranquillo.
Siguiendo ese camino pronto llegaremos hasta unas rocas desprendidas en mitad del sendero desde donde se verá, debajo, la cala de San Pedro con su castillo. Las vistas son 7. hermosas desde este punto.
Comenzamos el descenso hasta la cala por una empinada ladera rocosa, en zigzag. El camino no es sencillo para personas que no estén en buenas condiciones físicas, pues en ocasiones exige subir pequeñas rocas o bajarlas.
Tras descender durante unos 15 minutos llegamos al fin a las primeras construcciones de la cala San Pedro. Lo primero que encontraremos en el camino es una torre cilíndrica, rodeada de árboles. Junto a ella, un pequeño barecillo llamado Route 66 con unas mesas de madera y bancos en la puerta. Es un buen sitio para recuperar fuerzas tomando una cerveza o agua.
Dejando atrás este bar, bajando unas pequeñas escaleras con una fuente, encontramos otra pintoresca
2.
3. construcción de piedra encalada. En una de sus paredes hay escritos en tablones de piedra una serie de “consejos para una mujer fuerte”. Bajando de nuevo otra pequeña escalera de piedra llegaremos finalmente a la playa.
A pesar de ser un lugar aislado, en la cala de San Pedro se puede encontrar casi de todo. Los habitantes de esta comunidad hippie venden bocadillos, pizzas, cervezas, refrescos, café e incluso pulseras realizadas por ellos mismos.
Un camino entre huertas e infraviviendas nos conduce hasta la fortaleza o castillo de San Pedro, un Bien de Interés Cultural (BIC) en estado ruinoso. Junto a él hay un manantial con una fuente donde se pueden rellenar las botellas de agua para el viaje de vuelta.