SEÑALIZACIÓN DE LA ‘HISTORIA’
TODA sociedad se desenvuelve en un espacio físico al que se va a adaptando en función de sus necesidades defensivas, políticas y religiosas. Los judíos peninsulares tuvieron que amoldarse, adaptarse y aceptar las condiciones de habitabilidad de sus espacios domésticos y comerciales que los visigodos, musulmanes y cristianos les asignaron. La huella de esa presencia, notable en el caso de Almería según consta en fuentes archivísticas, ha quedado difuminada debido al paso del tiempo y a la obsesión de algunos sectores de la sociedad mayoritaria por eliminarlos. Pero vale la pena descubrirla e imaginarla.
No hay nada que tocar o que ver, pero lo esencial es invisible a la mirada. Hay ciudades que valen más por lo que evocan que por lo que venden. En el caso concreto de Almería, se hace muy difícil identificar los elementos históricos sefardíes debido a los múltiples cambios sociales y urbanísticos, si no es mediante el recorrido relatado por los espacios de las antiguas juderías. Aquí es donde verdaderamente comienza el trabajo de los gestores culturales.
El viajero que se proponga seguir las huellas de los sefardíes que vivieron en Almería durante la Edad Media (para el caso de nuestra ciudad de los siglos X al XV) debe ser consciente de que no va a encontrar grandes edificios del pasado. Los testimonios arqueológicos que nos han llegado a nivel nacional son mínimos, en buena parte por el deseo casi obsesivo de la población cristiana en algunos periodos de nuestra historia, por borrar su recuerdo: sus edificios religiosos fueron derribados o transformados en iglesias o ermitas, y el trazado de sus barrios (calles o plazas) la mayoría de las veces fue sustituido por una nueva planificación urbanística, salvo honrosas excepciones.
De suerte que lo que actualmente sabemos sobre la comunidad sefardí de Almería es lo que los investigadores han conseguido reconstruir a partir de datos documentales extraídos de los archivos (libro de repartimiento de Almería, cartas de la Guenizá de Fustat-El Cairo, cronistas de otras épocas). En Almería consta documentalmente que hubo una comunidad judía de cierta consideración habida cuenta de las investigaciones realizadas por María José Cano Pérez (catedrática del departamento de estudios hebreos y semíticos de la UGR), Lola Ferre, Pilar Bravo Lledó o Enrique Gonzálvez Cravioto (catedrático de Historia Medieval de la UCM), pero no nos queda el más mínimo vestigio, y a pesar de que determinados personajes se empeñen en negar sistemáticamente la presencia de judíos en nuestra ciudad.
El deseo de atraer turismo ha llevado, a veces, a colgar con cierta ligereza en una calle, en un arco o en una construcción un rótulo que a posteriori, y después de mucho trabajo de investigación seria y no poca resistencia por parte de algunos dirigentes y lugareños, ha habido que retirar. El topónimo, cuando se ajusta a la realidad, hace referencia a que en la Edad Media los judíos estuvieron presentes por esa zona, y, salvo contadas excepciones, poco más, no quedan restos que llamen la atención y permitan al visitante hacerse una composición de cómo era una judería. Sin duda el viajero que pretenda visitar el emplazamiento de un barrio judío medieval tendrá que echarle bastante imaginación y poner mucho de su parte para tratar de entrever cómo y dónde vivían los sefardíes hace seiscientos años.
Por eso, a la hora de ubicar las antiguas juderías de nuestra ciudad, se deben tener en cuenta una serie de premisas encaminadas a:
Señalizar determinados barrios, calles o plazas, con el fin de facilitar el acceso y fomentar y difundir el conocimiento histórico sobre la comunidad sefardí de Almería durante la Edad Media, para diversificar la oferta turística de la ciudad.
Facilitar al turista conocimiento histórico sobre el barrio judío de Almería en una determinada época mediante paneles informativos. Consolidar el turismo activo histórico como uno de los ejes dinamizadores de la economía. Recuperación del patrimonio histórico inmaterial de la cultura judeo española en Almería. Difundir el valor histórico de las zonas señaladas con respecto a la cultura sefardí. Concienciar al turista que visita dichas zonas urbanas, tanto local como visitante, de la importancia de la cultura sefardí en la Almería andalusí motivando con ello el respeto a la coexistencia de las tres culturas peninsulares: judía, cristiana y musulmana.
Almería cuenta además con un creciente refuerzo turístico, donde la práctica y desarrollo de actividades turísticas complementarias de playa favorecería la consolidación de productos y ofertas turísticas específicas. Los cambios y tendencias del turismo convencional a otro más acorde con los tiempos, como el llamado turismo alternativo, están provocando la aparición de nuevos productos y alternativas en el medio urbano, compatibles con sol, playa y tapas, que se van abriendo paso, poco a poco, entre las preferencias del público. La investigación histórica puede y debe ir de la mano de la promoción turística de una ciudad para difundir la Historia, una Historia muy diversa y rica como la de Almería. La recuperación de la Almería judía y su memoria es una deuda histórica de los almerienses. Sin memoria no hay justicia. Por ello, y para que esta temática que forma parte del patrimonio cultural inmaterial de la ciudad de Almería no caiga en el olvido, se hace necesario presentar una propuesta de señalización de los espacios urbanos que fueron ocupados por la sociedad sefardí en la ciudad de Almería, que puede sumarse a una estrategia de desarrollo turístico, favorecido, además, por la recuperación del patrimonio cultural judío como signo de identidad territorial y factor de diferenciación turística, propuesta que recogió el grupo municipal Vox para llevarla al Pleno del Ayuntamiento el pasado día 22 de marzo, exponerla a las distintas fuerzas políticas con representación e intentar conseguir su aprobación, como así ocurrió por unanimidad. Gratitud y felicitación son mis palabras a todas las fuerzas políticas de Almería por confiar en este interesante e importante proyecto y especialmente a Juan Francisco Rojas de Vox Almería por su loable actitud ante este reto. Siempre por Almería.