LA IMPORTANCIA DE LA POLÍTICA
LA política forma parte de nuestras vidas, como la necesidad de comer, el agua, un hogar y las buenas condiciones sanitarias. Necesitamos afecto y madurez intelectual. Formamos parte de la naturaleza de la Tierra. Nuestra capacidad de pensar y crear, nos responsabiliza de respetar y velar por los equilibrios que precisa. Sus recursos no son ilimitados. No podemos vivir de espaldas al modo en el que nos gobernamos y la educación y cultura que continuamente regeneramos y construimos. La tradición no es regresión. Tampoco nos podemos permitir ignorar el ordenamiento jurídico que nos otorgamos. La libertad exige disciplina y responsabilidad. Antonio Escohotado (Madrid, 1941-Ibiza, 2021) nos enseña: “Pensar que libertad es hacer lo que me da la gana es ser tonto. Hegel decía, libertad es conciencia de la necesidad. Montesquieu, muy bellamente decía, libertad es poder hacer lo que debemos. Luego hay farsantes que dicen que libertad es, pues eso, no tener límites. Bueno ¿dónde encuentra usted eso? Quizás en la geometría donde solo hay el punto y la recta, o las curvas regulares. No. La vida es pura exigencia, límites. Una libertad que no sea responsabilidad es fraude”. Por eso la democracia es tan exigente con los compromisos que requiere. La única igualdad real es la igualdad ante la ley. Cada ciudadano tiene entidad jurídica en democracia. Obligaciones y derechos. La individualidad jamás está reñida con la solidaridad que se construye en el seno de una sociedad libre. Por todo ello; tenemos que cuidar con esmero como se organiza nuestra representación política. Estar alerta siempre sobre a quienes de nuestros conciudadanos otorgamos el acceso al poder. Debemos recordarles siempre que es por tiempo limitado y que trabajan para nosotros. Que la soberanía de la Nación y el estado pertenecen a todos los ciudadanos. Se acerca la campaña para las elecciones del 28 de mayo. En general, la grey política está encantada de confitarse en sus abusos de poder. No se cansan de infravalorar a los ciudadanos, afanándose en desterrar la cultura y pensamiento políticos. Margaret Mead (Filadelfia, 1901-Nueva York, 1978) antropóloga social y poeta, nos enseña: “Nunca dudes que un pequeño número de ciudadanos comprometidos puede cambiar el mundo. De hecho, sólo eso puede lograrlo”. No debemos temer a la libertad, sino persuadirnos de que es nuestro deber.
El totalitarismo es terror y miseria. Un fraude. Trabajemos por la libertad