Diario de Almeria

Emilio Pastor logra sobreponer­se a la exigente Alpujarra

Natural de Macael, supera los más de 100 kilómetros del recorrido de la prueba en poco más de 21 horas

- Rubén Rozas

La Veinte Leguas de la Alpujarra cumplió este pasado fin de una semana una nueva edición. Una prueba cuyos más de 100 kilómetros de recorrido no están al alcance de cualquiera, pero a pesar de su dura exigencia Emilio Pastor Guevara logró superarla, cumpliendo el nunca fácil, y que en ocasiones parece pasar tan desapercib­ido, objetivo de terminar una prueba de tal calibre.

Natural de Macael y miembro del Cuellar Stone Running, Emilio

necesitó de algo más de veintiún horas para conseguir llegar a la línea de meta. Todo un éxito que no quiere quedárselo para él solo, agradecien­do el apoyo a su mujer y sus dos hijas, quienes “siempre le acompañan y sufren también”, tal como reconoce.

Pero también quiere resaltar a su otra familia, la deportiva. De esta manera, Emilio también se acuerda de sus compañeros de equipo, reconocien­do el mérito que ellos también han tenido para sobreponer­se a la exigente prueba. Es por ello que hace mención a Alejandro Duarte, quien consiguió ser uno de los deportista­s más destacados al concluir en cuarta posición de la general y llevarse el oro en su categoría, así como a Juan y Jacinto, quienes completaro­n los 50 kilómetros de la X Leguas de la Alpujarra.

Amante del deporte, rememora sus comienzos y su unión con este: “Yo he corrido siempre, he hecho atletismo desde pequeño en Macael, siempre he sido corredor, con altibajos de años de estar inactivo, pero es verdad que en los últimos años estoy haciendo este tipo de carreras, la montaña me apasiona y hay que intentar

Emilio durante su participac­ión en la Veinte Leguas de la Alpujarra.

salir a la montaña cada vez que puedo”. Con 46 años ya en su DNI, Emilio es consciente que “no es lo mismo que cuando tenía veintitant­os años en los que el cuerpo te permite todo”.

No lo tuvo nada fácil Emilio, quien pudo comprobar de primera mano la dureza de la Alpujarra granadina. El almeriense todavía recuerda cómo tuvo que parar en el avituallam­iento del kilómetro 75, siendo uno de los momentos más delicados que atravesó. Todavía quedaban algo más de 25 kilómetros por delante, pero había que lograr terminar la prueba sí o sí, por lo que no dudó en continuar la prueba andando.

Tampoco duda en señalar la importanci­a de afrontar este tipo de pruebas “con mucha cabeza, sabiendo dosificar muy bien”, incluso en los momentos en los que “te ves con fuerza para tirar y dar más”. Es ahí donde se encuentra una de las claves entre quienes consiguen llegar a línea de meta y quienes ven como su objetivo se queda en el camino. Así, indica que “la satisfacci­ón de terminar la carrera fue muy especial”, recordando cómo su familia le estaba esperando en un momento que todavía vislumbra con emoción.

Apasionado por el deporte, no puede evitar tener marcado en su calendario su próximo objetivo, contemplan­do ya en el horizonte la carrera de 55 kilómetros en los Pirineos (La Vuelta al Aneto) en el mes de julio y en la que tratará de revivir la satisfacci­ón de esta XX Leguas de la Alpujarra.

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D.A.

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