Diario de Almeria

Dios tiene mala memoria ...y el Hijo la heredó

- RAMÓN CARLOS RODRÍGUEZ GARCÍA Rector del Seminario

Lecturas ▶ Jer 31, 31-34. Haré una alianza nueva y no recordaré los pecados. Sal 50. R. Oh, Dios, crea en mí un corazón puro. Heb 5, 7-9. Aprendió a obedecer; y se convirtió en autor de salvación eterna. Jn 12, 20-33. Si el grano de trigo cae en tierra y muere, da mucho fruto.

LA Liturgia de la Palabra nos presenta la cumbre del mensaje de esperanza del profeta Jeremías. Anuncio de una nueva alianza que supera y desborda a la antigua que por obra humana ha estallado en mil pedazos. Dios restablece dicha alianza ubicándola sorprenden­temente en el corazón del hombre, sede propicia de la libertad, decisiones y deseos. Es el corazón donde se anudan y recrean todas las experienci­as más importante­s de los seres humanos. Entendemos el corazón no como el maravillos­o y esforzado músculo que bombea nutrientes y deshechos por igual pero que proporcion­a ritmo y música al deambular humano, sino el espacio vital donde se posa lo más significat­ivo de nuestra existencia. ¡Hablando de corazones! ...el corazón de Cristo es el lugar donde se armonizará­n la libertad de los hombres con la voluntad de Dios.

En Cristo germina la definitiva alianza donde se nos regala el perdón que no se agota y la vida que no muere. ¡Audaz la actitud de Dios descrita por el profeta! ¡Audaz la mala memoria del hijo que tampoco recuerda el pecado de los hombres! Sin frivolizar con el tema, proponemos ubicar al pecado en su justo lugar... siempre vinculado a la sobreabund­ancia de la Gracia. No es el pecado quien marca y sesga nuestra vida, sino la apertura a la Gracia. Don siempre amenazante y amigable. Deseosa de ser recibida. Al descubrir que la memoria divina no es de fiar, hagamos un repaso de la nuestra que bien es verdad, hay episodios bíblicos que no debemos olvidar.

Cuando Jesús fue requerido por el ajusticiad­o en el calvario compartido, el Señor olvida todos los pecados de aquel hombre al que la tradición calificó de “buen ladrón” ... pero no fue uno, fueron muchos los episodios similares: La pecadora que derrochó el perfume sobre Jesús, el hijo pródigo...todos encontraro­n en el Señor la ternura, el amor y el perdón que sin duda no merecían, pero que fue derramado sobre ellos. Hay un refrán, un dicho, una maldición en nuestro acervo cultural: “Perdono, pero no olvido”. Tiene poco de cristiano, poco de divino si recordamos a Jeremías y a Jesús. ¿Cómo vamos de la memoria? ¿Cómo llevamos lo de perdonar? ¿Cómo llevamos lo de pedir perdón? ¿Cómo nos llevamos con Dios y los demás?

El corazón de Cristo es donde se armonizará la libertad de los hombres con la voluntad de Dios

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