“La mujer debe ser la primera en significarse y dar ese paso al frente”
⬤ Es el primer estudio sobre el valor de la mujer en el sector agrario ⬤ Recoge el testimonio de 33 mujeres que desempeñan una función en algún eslabón de la cadena de producción
–¿Cómo nace este proyecto de investigación?
–Soy licenciada en económicas, y fruto de mi interés por la economía social dentro del sector agroalimentario, curso el Máster Oficial en gestión de la actividad agroalimentaria de la universidad de Almería, en el que mi trabajo de fin de máster (TFM), se configura como la semilla de este proyecto de investigación que se materializaría, con posterioridad, en la firma de un contrato de investigación entre la Fundación Pimaflor y la UAL, en el marco de un UALtransfierE.
–¿Por qué decides hacer un análisis de la mujer en el sector agrario dando visibilidad a su figura en el mundo de la agricultura?
–La decisión fue realmente fácil, por necesaria y justa. Nuestra agricultura es una agricultura de familia, por lo que, su análisis, me debería de haber llevado a la conclusión, casi inmediata, del papel esencial de la mujer en el modelo, pero, la realidad es que la mujer, siendo hombre en el campo y mujer en el hogar, ocupa un segundo plano, en un modelo Almería, de estructura totalmente piramidal, en cuya base, dónde los requisitos de cualificación, y los niveles de decisión y responsabilidad son prácticamente inexistentes hay una casi total feminización del sector, pero, a medida que avanzamos en su sentido ascendente, el papel de la mujer se va disipando, si bien es verdad, con multitud de mandos intermedios, hasta llegar a la cúspide del modelo, dónde la presencia de la mujer es prácticamente inexistente.
Entiendo, en ese momento, la necesidad de reconocer la labor callada y camaleónica que históricamente ha venido realizando la mujer en el sector, pero en ningún caso como demanda de género, sino como creación de valor esencial.
–¿Qué criterio has seguido a la hora de elegir a las 32 protagonistas de este análisis?
–El criterio inequívoco era el de lograr una visión holística del modelo desde la mujer que planta la semilla, hasta llegar a Naciones Unidas, entrevistando a dos agricultoras, envasadora, administrativa, técnicos de campo, mandos intermedios, directoras generales, presidenta del colegio de ITA, diputada provincial, letrada, una parada obligada en la universidad por las sinergias creadas universidad-empresas del sector, la secretaria general técnica del Ministerio de agricultura, la vicepresidenta de la comisión de agricultura y desarrollo rural de la UE, para finalizar con la científica jefe de Naciones Unidas en la FAO.
–¿Cómo ha sido la experiencia de hacer estas entrevistas? ¿Qué has aprendido de ellas a nivel profesional y personal? –La experiencia ha sido realmente inexplicable. Dura, por los tiempos. Trabajo fuera de casa, soy madre de familia numerosa, y tenía que compaginarlo todo, pero ha sido tan fácil, tan enriquecedor, tan pleno, tan gratificante, y tan extraordinariamente disfrutado el camino, y bello lo aprendido, que una vez terminado, lo echo de menos.
A nivel profesional puedo decir que lo descubierto me ha generado gran impotencia, por nuestra GRANDEZA. Es admirable nuestro nivel de tecnificación, el mimo del cultivo, la inversión, y la vida que hay detrás de cada pieza, y que no seamos capaces de transmitirlo.He aprendido lo que es la grandeza de la humildad, y he aprendido como un lobby familiar como es Almería, ha convertido un desierto fértil en un vergel.
–¿Qué dificultades ha encontrado la mujer en el mundo de la agricultura a lo largo de la historia y cómo crees que ha evolucionado hasta nuestros días? –No hay una respuesta única a esta pregunta. Te podría dar casi tantas respuestas distintas como mujeres he entrevistado. Cada historia es muy personal, y el verdadero escollo lo encontramos en nosotras mismas. Es la mujer la que tiene que querer dar el paso adelante, pues la situación del sector responde, en un porcentaje, nada desdeñable a una cuestión de cultura y tradición.
El acceso de la mujer al sector es cada vez mayor, y este viene por tres vías, a saber: trasvase generacional, formación académica, y promoción interna en la esfera empresarial, aunque en este último quede un largo camino por recorrer.
–¿Siguen existiendo muchas desigualdades en este sector? ¿Hay igualdad de oportunidades?
–Efectivamente siguen existiendo muchas desigualdades, en función del peldaño de la estructura piramidal en la que nos encontremos. Quizá el mayor equilibrio esté en los mandos intermedios. Una feminización en la base, y una ausencia en la cúspide. La igualdad de oportunidades se va imponiendo, poco a poco, de manera natural. Cada vez hay un mayor número de mujeres que son técnicos. Más que de igualdad me gusta hablar de equilibrio, y este, cada vez es mayor, y de la mano de la mayor profesionalización.
-Aún no existen muchas mujeres en puestos directivos y ejecutivos, ¿Qué debe ocurrir para que esto cambie
–Hay cada vez, un mayor número de mujeres en puesto intermedios, y tenemos destacadísimas mujeres en direcciones generales. El trasvase generacional es el que marca un antes y un después, que irá acompañado por el apoyo efectivo de la empresa que se producirá con la promoción interna de la mujer dentro de la compañía, más allá las medidas de conciliación o de los planes de concienciación.
Cuando la empresa entienda que la mujer madre, es el recurso más productivo de la empresa, entonces, se invertirá la tendencia. Pero, la mujer, insisto, debe ser la primera en significarse y dar ese paso al frente.
–La despoblación rural es algo que está ocurriendo, ¿Qué acciones crees que se podrían llevar a cabo ?
–Tengo, en mi estudio, un caso clarísimo de contribución a la repoblación de esa España despoblada. Es el caso de una mujer que crea, a través de su empresa, 45 puestos de trabajo directos, en una población de 1.600 habitantes. La solución no creo que esté en la mujer, la apuesta debe venir del poder legislativo
–Las protestas de los agricultores sacuden en los últimos días a nuestro país y es inevitable preguntarle, ¿Cuál es su opinión al respecto?
–La situación actual de demanda justa y necesaria, procede no de un tema puntual, sino de una situación histórica que se ha ido fraguando con el tiempo y que se resume en excesiva burocratización.
A esa burocratización en demasía, a esas lobbies inversores, unimos las exigencias de sostenibilidad totalmente asimétrica, que se reviste de una auténtica competencia desleal respecto a países terceros.Por ello, es necesario dar a conocer al consumidor una agricultura que nos humaniza. y es muy necesario transmitir a las personas que detrás de cada cultivo hay hay vida.
Siento la necesidad de reconocer la labor camaleónica de la mujer en el sector a lo largo de la historia”
Un lobby familiar como es Almería ha convertido un desierto fértil en un auténtico vergel”
Siguen existiendo muchas desigualdades en función del peldaño en la estructura piramidal”