ES MARTES, ¡ES PERDÓN!
UN año más, en las calles de Almería se demostrarán los sentimientos de cientos, miles de personas, hombres-mujeres, sobre una procesión de la Semana Santa de esta tierra. Quizá sea su silencio, el infinito silencio de esos nazarenos que van rezando en la noche, puede que sea esa campanilla que se te mete en las entrañas, llamándote a ser uno más en ese camino del silencio, o esos tambores rotos, como rotos están los ojos ante el drama que se celebra en la calles. Lo más hermoso de esta noche, sin que mis ojos miren a las alturas, es
Las calles de la ciudad de Almería se hacen silencio ante los Niños del Perdón
la entrega de unos seres humanos, es el esfuerzo que se hace sin esperar nada a cambio, es la sensación de pertenencia a algo que está por encima de nosotros mismos.
La Semana Santa son sentimientos que se despiertan ante una primavera que se abre en las calles de nuestras ciudades y pueblos. Son momentos que se viven a veces desde el recuerdo de nuestros años más jóvenes. Y a ellos volvemos ante estas fechas. Y nos emociona evocar, junto a noches como la de este martes, lo que fueron aquellos de nuestra juventud, incluso llegando a la infancia. Y es en esos instantes cuando se desbordan los sentimientos.
En la noche del pasado sábado presencie como una mujer desnudaba sus sentimientos ante sus vecinos. Con una voz sincera, suave, sin estridencias, Encarni Duarte, la de Emilio, como se la conoce en el pueblo, habló de su presencia en la Semana Santa, de sus encuentros de infancia y juventud con estos días en los que las familias los vivían de una manera especial. Nos habló de su Nazareno, o de esa Virgen tan suya, y lo hizo de una manera tan sencilla, tan entrañable, que parecía que ellos estuvieran a su lado, oyendo su voz, escuchando el canto de una mujer que se lo iba entregando a sus vecinos. La vimos haciendo roscos, borrachillos, oyendo la voz de su hermana metiendo prisa en el trabajo por hacer, y en las palabras de Encarni notabas el amor que desprendía, por encima de los vecinos y amigos que la escuchaban, hacia unas fechas que siguen inolvidables dentro de ella: Esa Semana Santa que ha estado siempre presente en su vida.
Estos días a veces los sentimos extraños dentro de nosotros mismos. Deben ser los recuerdos, los olores de la calles, las voces que se hacen oración, los palabras que se elevan, los ojos que miran buscando en esa luna el milagro de cada año. Y en medio de todos los sentimientos que se despiertan, el Perdón. Los niños del Perdón que hacen en las calles de Almería que el silencio se haga presente. Y es hermoso ese silencio.