Diario de Cadiz

El cariño que llega a domicilio

El voluntaria­do de la Asociación Española contra el Cáncer acompaña a los enfermos

- Pilar Hernández Mateo

Lola Romero está muy agradecida a la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Su marido, José Jiménez, padece esta enfermedad desde hace más de tres años y llegó un momento que ella se vio desbordada por la situación: José cada vez necesitaba más cuidados y ella estaba sola para atenderlo a él y a su madre, de 84 años. Cuenta que un día, estando en la sala de espera de Radioterap­ia del Hospital Puerta del Mar, vio un folleto de la AECC y llamó para pedir ayuda. Desde hace casi un año, recibe dos días a la semana la visita de Alejandro Fraisoli, voluntario domiciliar­io de la asociación que acompaña a su marido durante poco más de dos horas cada día, y esto a ella le supone un tiempo de respiro.

“Estas visitas me ayudan mucho porque aunque mi marido tiene hijos, estos trabajan y viven fuera de Cádiz, y en el día a día me veo sola. Contar con una ayuda fija, me sirve a mí para salir a comprar los mandados, ir a la farmacia o al médico. Cuando viene Alejandro, es el único momento que puedo salir a la calle para hacer estas cosas porque aunque mi madre está bien, es mayor y no puedo dejarla sola con mi marido”, afirma esta mujer.

Relata que al principio, cuando José estaba mejor, Alejandro lo sacaba a dar un paseo y “le daba vida”. Asegura que las visitas de este voluntario “le hacen mucho bien a él y a mí. Cuando llega, a mi marido le da mucha alegría porque han congeniado desde el principio”.

Alejandro Fraisoli lleva casi un año como voluntario de la AECC. Se incorporó al equipo cuando acababa de ponerse en marcha el programa de voluntaria­do domiciliar­io en Cádiz. “Se presentaro­n varias personas y yo tuve la suerte de que me escogieron. Y desde entonces, estoy con el mismo enfermo”, relata este voluntario.

La labor que realiza en casa de José es de acompañami­ento, desahogo emocional y sustituir a Lola, que es la principal cuidadora de su marido; pero en ningún momento realiza tareas domésticas ni sanitarias.

“Al principio, salíamos a la calle a dar un paseo, pero él ya no puede salir. Así que principalm­ente, le hago compañía y charlo con él. Aunque a veces no quiere hablar, y también hay que respetar su silencio”, explica.

Alejandro es militar en la Reserva y dispone de tiempo libre, por eso decidió hacer algún tipo de voluntaria­do. Piensa que el hecho de haber trabajado siempre en equipo le ayuda en esta labor “porque eso te hace estar siempre pendiente de los demás y abrirte a los problemas ajenos”.

Otro de los motivos por los que Alejandro decidió hacerse voluntario de la AECC es porque él pasó por esta enfermedad y conoce la situación en la que se encuentra tanto el enfermo como los familiares, por eso cree que la experienci­a que tiene le sirve para ayudar.

Según Alejandro, el voluntaria­do que realiza “es duro de cojones, pero sabes a lo que vienes y te llena una barbaridad. Es muy gratifican­te, porque no todo está en ver un partido de fútbol en el bar con los colegas, que también lo hago. Con esto te sientes bien”. Afirma que “lo primero que te dicen es que intentes no involucrar­te demasiado ni coger cariño al enfermo, pero eso es imposible. A veces te cuenta cosas que no le ha contado a sus familiares y existe una gran empatía”.

Anima a los ciudadanos a que se hagan voluntario­s domiciliar­ios de la AECC, porque hacen falta más personas que realicen esta actividad.

La trabajador­a social y coordinado­ra del programa de voluntaria­do domiciliar­io de la asociación en Cádiz, Susana Pedreño Zampalo, corrobora la falta de voluntario­s. Señala que actualment­e, la AECC atiende a siete personas en sus casas y cuenta con nueve voluntario­s para realizar esta labor, pero está recibiendo más solicitude­s tanto de familias de enfermos como a través de profesiona­les de distintos ámbitos, y necesita más voluntario­s para cubrir la demanda creciente.

Así, Susana Pedreño anima a los gaditanos que estén pensando hacer un voluntaria­do a que se pongan en contacto con la AECC a través de su página web, llamando por teléfono o acudiendo a la propia sede “y que prueben con esto”. Asimismo, anima “a las personas que tengan un familiar oncológico y necesiten ayuda porque se sienten sobrepasad­as o no tienen ningún apoyo” a que pregunten por este programa. Asegura que siempre intentan dar respuesta “en la mayor brevedad posible”.

Explica que a las personas que quieran realizar esta labor, primero se les hace una entrevista para verificar que cumplen el perfil para desarrolla­r la actividad (ser mayor de 18 años, tener estabilida­d emocional y personal, escucha activa y empatía, entre otras cosas). Luego realizan un curso de acogida y reciben una formación específica en voluntaria­do domiciliar­io, y posteriorm­ente tienen sesiones de seguimient­o. También se habla con las familias para conocer sus necesidade­s.

La coordinado­ra del programa destaca que la AECC trabaja en red con otras entidades, por lo que si detecta que las familias tienen alguna necesidad que la asociación no puede cubrir, acude a otras entidades.

En este sentido, Lola Romero está muy agradecida a Susana Pedreño porque le ha puesto en contacto con Cruz Roja para atender a su madre, que es mayor y “aunque la familia está cuando hay una necesidad urgente, en el día a día me veo sola”.

Según Susana, el objetivo primordial de la ayuda que ofrece la AECC en los domicilios a través de este programa “es mejorar la calidad de vida. Está demostrado que a las personas que reciben el voluntaria­do, esto les sirve de gran ayuda y aumenta su autoestima, porque para cuidar a un enfermo hay que estar cuidado y ahí es donde participam­os nosotros”.

Los voluntario­s acompañan al enfermo y sus visitas suponen un respiro para el cuidador

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LOURDES DE VICENTE El voluntario Alejandro Fraisoli bromea con José Jiménez en una visita de hace días.
 ?? LOURDES DE VICENTE ?? El voluntario Alejandro Fraisoli conversa con José Jiménez en una de sus visitas de esta semana.
LOURDES DE VICENTE El voluntario Alejandro Fraisoli conversa con José Jiménez en una de sus visitas de esta semana.

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