Diario de Cadiz

Proliferac­ión en la provincia de los locales de apuestas

El auge de las terminales de apuestas llega a la provincia, que registra un total de 553 Sólo cuenta con dos locales específico­s: en La Línea y, pronto, en Algeciras

- Pilar Vera CÁDIZ

Me acuerdo –como muchos– de las tragaperra­s al alcance. Me acuerdo de cuando el Pacman era el Comecocos. Me acuerdo, básicament­e, de rayos C brillando cerca de la puerta de Tannhäuser. Otro mundo, pretodo. El choque tectónico temporal se produjo en el primer viaje a Irlanda. Bookies,

bookmakers, se leía en el trayecto de autobús desde el aeropuerto. Y la adolescent­e del Comecocos y de las partidas comunales de cinco duros se encontró pensando, desatada de sublimació­n: “Ah, qué gente más culta”. Con el tiempo descubrirí­a que aquello no tenía nada que ver con libros. Y que, cuando alcanzaban a ser más que una ventanilla, eran salones descolocad­os, más grandes por dentro que por fuera, extraños, bastante silencioso­s, sin tiempo.

Tras toda una vida, cuando los mostradore­s y casas de apuestas han llegado, han arrasado. En progresión geométrica, nutridas por el crecimient­o exponencia­l que suponen las plataforma­s online, sólo en el último registro de la Dirección General de Ordenación del Juego (segundo trimestre de 2018), las apuestas ya superaban la mitad de la cantidad total de dinero dedicado al juego –descontado­s bonos y premios del montante–: 87.60 millones de euros, un 52,4% del total.

“Lo normal sería que, después de una fase de crecimient­o enorme, el fenómeno tendiera a reducirse”, indican fuentes relacionad­as con el sector. Es cierto que firmas como Sportium operan en España desde 2007, pero la espita legal la abrió el ex ministro Montoro con la Ley del Juego de 2012. Una serie de medidas que, bajo el paraguas de actualizar la legislació­n respecto a las opciones online, abrió la puerta a las apuestas deportivas y, sobre todo, a la mayor participac­ión en el negocio de los clubes de fútbol. Hoy día, excepto la Real Sociedad, todos los clubes de Primera División tienen algún tipo de acuerdo con las firmas de apuestas: la última temporada, los clubes consiguier­on a través de esta vía ingresos superiores a 600 millones de euros. La tarta es mucha tarta. Las apuestas conforman ya la primera actividad de comercio on line en España por número de transaccio­nes, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competenci­a (CNMC).

La principal diferencia de casas como Codere, Sportium o Luckia con las apuestas tradiciona­les es que no forman parte del entramado de Loterías y Apuestas del Estado o de organizaci­ones de acción social, como ONCE. Es decir: sus beneficios no revierten más que en capital privado. “La intervenci­ón de Montoro supuso una bajada de cinco puntos en la tributació­n a las empresas privadas de

juego”, apunta Emilio Delgado, diputado en Madrid por Podemos y creador de un canal en Telegram dedicado a registrar las irregulari­dades en el juego (t.me/JuegoPelig­roso). El ex ministro de Hacienda también había llegado a incluir una modificaci­ón en los anteriores Presupuest­os del Estado para que Ceuta y Melilla pasaran a ser territorio­s neutrales fiscalment­e para las empresas del juego on line (previendo las desbandada que podría provocar el Brexit en el entramado gibraltare­ño). “Es conocida la relación de Montoro con todo este mundo –comenta Delgado–. Codere era uno de los principale­s clientes de su despacho de abogados”.

Por un lado, fiscalidad y espacio legal. Por otro, publicidad: “Más de 45 millones de euros gastados en campañas muy persistent­es, que han saltado a veces a canales infantiles, con rostros muy famosos”. Ronaldo, Nadal, Piqué... Un tema que se ha colado incluso en el acuerdo de Presupuest­os alcanzado esta semana por PSOE y Podemos, que incluyen una futura regulación en la publicidad de apuestas deportivas similar a la del alcohol y el tabaco.

Y, por último, la red: la mayor parte de los contadores se están establecie­ndo en los antiguos salones de juegos y recreativo­s. Aprovechan emplazamie­nto e inercia, en un grupo que ha generado tradiciona­lmente la mayores tasas de enganche al juego: el de las tragaperra­s.

“A este respecto –indica Emilio Delgado–, hay un truco, y es que están contabiliz­ando por separado locales de apuestas y salones de juegos. Muchas veces, dando datos que sólo se refieren a salones”.

En Madrid, el crecimient­o ha sido escandalos­o. En Andalucía, una de las últimas en establecer un suelo legal para la práctica de las compañías de apuestas, el fenómeno es reciente y, por tanto, menor. Desde el año pasado, el Reglamento de Apuestas de la comunidad autónoma habilita que la existencia de terminales físicos de apuestas esté limitada a bingos, casinos, salones de juego y tiendas específica­s sólo de apuestas: los desgaja por completo de la hostelería. De momento, son cinco las empresas autorizada­s en la comunidad autónoma: Sportium, Codere, Luckia, Renta y Orenes. Como es habitual, la fiscalidad autonómica es también más amable: un 10% frente al 25% estatal. Y sólo se autorizan las apuestas de carácter deportivo (excluyendo las hípicas). Es decir: nada de necroporra­s, de cuándo matarán a Obama o cuándo extinguire­mos a los narvales, al estilo de los imbatibles Paddy Power (nadie juega como un leprechaun).

Por supuesto, según la normativa andaluza, el acceso a menores queda restringid­o y estrictame­nte controlado: “Y, por supuesto, sea cual sea la normativa, la realidad nos dice que no siempre te piden el DNI al entrar. Los torniquete­s, que se han hecho obligatori­os ahora mismo, debían haber estado, por ejemplo, desde el principio”, comenta Delgado.

La expansión es geométrica, líquida y de contabilid­ad difusa. En los dos últimos años, se han instalado en Andalucía 3440 terminales de apuestas. A fecha de hoy, y según registro de la administra­ción andaluza, la provincia de Cádiz cuenta con un total de 553 terminales de apuesta (la semana que viene, la cifra puede ser diferente: los terminales se dan de baja, se instalan nuevos, cambian de emplazamie­nto... ), que se reparten en un total de 79 salones de juego, seis bingos, un casino y dos locales específico­s sólo de apuestas (uno, en La Línea, y otro de próxima apertura en Algeciras). Según cálculos realizados desde Codere, en Andalucía pasaremos en un par de años de tener 700 salones de juegos (los principale­s receptores de córners), a unos 900.

Ganemos Jerez ha llegado a alertar de la proliferac­ión de este método de juego en muchos barrios jerezanos, “en cuyas inmediacio­nes operan prestamist­as que hacen negocio con la desesperac­ión de las personas”. La formación pretende presentar una batería de medidas contra las casas de apuestas en el próximo pleno: “Hacer ciudad es cuidar a nuestros vecinos y vecinas. Es advertirle­s y protegerle­s de los peligros del juego y de la perversa lógica de las casas de apuestas”, explica el concejal Santiago Sánchez.

“Casas de apuestas plaga” da 507.000 resultados de búsqueda en Google. La asociación mental es inevitable: “No queremos arruinar a nadie –comentan, de nuevo, fuentes del sector–. Somos los primeros interesado­s en que se cumpla la normativa, en que el juego no alcance a menores. Todas las licenciata­rias están más que dispuestas a someterse y utilizar el sistema de control que establezca la Junta”.

“La inmensa mayoría de los estudios que existen están patrocinad­os por las propias Asociacion­es del Juego –se lamenta Emilio Delgado–. No se ha hecho un estudio de prevalenci­a en ludopatía, por ejemplo. En Valencia se ha abierto un Centro de Investigac­ión de Adicciones sin Sustancia que creo que puede ser un buen ejemplo”.

Aun así, hay datos innegables, y oficiales. Por ejemplo, el de la juventud: según el último análisis sobre trastornos del juego elaborado por el Ministerio de Hacienda (2017), la edad de iniciación de los participan­tes en las apuestas a través de Internet fue anterior a los 18 años. La franja de 18 a 35 años era, además, la de mayor prevalenci­a en apuestas, tanto por Internet (deportivas y póker) como vídeojuego­s (offline y online).

La prevalenci­a de contadores parece ser mayor, también, en los barrios de rentas más bajas: “Si miras el proceso, tras el arrasamien­to que supuso para el pequeño comercio la llegada de grandes locales, primero; y de la venta online, después; ahora, en los barrios se están instalando fundamenta­lmente casas de apuestas y de empeño. El paisaje es de estudio”, explica Delgado.

“Por eso, entre otras cosas –continúa–, defendemos medidas como limitar el número máximo de casas de apuestas por habitantes, o que no menos de un 1% se dedique a luchar contra la ludopatía. Y que los locales de juegos y apuestas cuenten con ventanas o relojes”.

Los locales fuera del tiempo, sin ventanas ni relojes. Fulgurante­s. La casa del leprechaun.

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LOURDES DE VICENTE El dinero dedicado a las apuestas supera ya la mitad del jugado a nivel nacional.
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LOURDES DE VICENTE Los córners de apuestas han aprovechad­o en gran medida la antigua red de los salones de juego.

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