El Covid, ¿traerá consecuencias?
Hemos leído mucho sobre lo que podrá ocurrir y las consecuencias que nos dejará la actual pandemia. No han faltado mentes proféticas que se han volcado en vaticinar, con aciertos o desacierto, sus opiniones. Todos colmados de una buena voluntad. Es complicado conocer lo que ocurrirá en tiempos venideros. Lo que sí se puede decir, sin temor a equivocación, es que nos dejará muy desagradables efectos. Personas eruditas en estos temas, ya nos alertan sobre ello.
En este Diario de Cádiz, tuvimos la ocasión de paladear un sustancioso escrito del señor Pettenghi, que invito a releer, digno de transcribir casi todos sus párrafos (si ello no vertiera en un plagio). Cada renglón constituye un vademécum de las cuestiones que trata. El señor Pettenghi en su texto expone en general, los cambios que trajo la pandemia en las ciudades: el confinamiento, la reducción radical de la contaminación, que ha dado un respiro que el planeta necesitaba. Cómo la confinación ha motivado una considerable reducción en la emisión CO2. La disminución de la capa de ozono que ha aminorado la radiación ultravioleta, tan nocivo para la salud. Continúa el señor Pettenghi: “La tierra nos enviaba un mensaje. ¿O era una advertencia?” En realidad el planeta ha protestado. Íbamos desbocados hacia una hecatombe, que había que frenar, y que el planeta ha querido decirnos: ¡Basta ya!. “...en la necesidad de un sistema sanitario público vigoroso y potente...”. En realidad nuestra Seguridad Social se hará más previsora para sucesivas controversias. Esta epidemia ocasionará, a la larga, amargas consecuencias: producirá secuelas psiquiátricas y psicológicas, según han manifestado avezados en estas ciencias. Grandes problemas de salud en muchos órganos: corazón, cerebro, pulmones... Hará más acentuada las diferencias de clases. El pobre será más pobre. También un aumento de la deuda pública, por los enormes gastos ocasionados. Personalmente cada uno sacaremos nuestras propias opiniones. A muchos les llevará a ser más sublimes en una entrega más desinteresada hacia los demás; a otros menos egoístas; a muchos, al haber tenido que estar sometido a estrecheces y restricciones, el saber evaluar lo mucho que tenemos, y no logramos valorar.
En fin, predecir sobre el futuro origina una gran incertidumbre. Los que tengamos fe, roguemos para que Dios, en su infinita misericordia, nos depare una vida de paz, amor, salud y rebosante alegría. Que seáis felices y que el señor os bendiga.
Guillermo F. Jiménez Rodríguez (El Puerto)