El comercio, nuestro pulmón agotado
Plan urgente. Además de las ayudas públicas, el comercio tradicional debería de dar ya el paso a la venta digital, con una plataforma logística en Zona Franca para el mercado exterior
LLEVAMOS tres mil años como ciudad volcada en el comercio. Nuestras mejores épocas las hemos vivido cuando nos hemos apoyado en el intercambio comercial. El Cádiz fenicio, el romano, el colonial y, ya en la penúltima etapa, el Cádiz f loreciente del desarrollo portuario y de su astillero cuando se hicieron fuertes las tiendas tradicionales, referentes no solo en la provincia sino en media Andalucía.
Hasta ayer, cuando llegó la pandemia, el comercio volvía a ser el pulmón de la ciudad apoyado esta vez por un crecimiento histórico del turismo.
Ahora todo se ha hundido. O casi. Tras un terrible 2020 pensábamos que a lo largo del 2021 todo volvería a la normalidad. Pero las primeras semanas del año nos dejan ver que lo malo sigue y lo bueno aún tardará. Y entre lo malo se incluye la crisis en la que se ahoga el comercio tradicional de la ciudad, nuestro pulmón.
No habrá oxígeno extra en muchos meses. Los hoteles comienzan a asumir que el primer semestre de 2021 se va a perder también, y una parte importante de su clientela lo es también de la hostelería y el comercio.
Ya estamos viendo como muchas tiendas echan el cierre. Sus propietarios han aguantado hasta el límite. Pero ni la campaña de Navidad ni la apuesta por el comercio tradicional a la hora de realizar las compras por parte de muchos vecinos han evitado quiebras que sin duda van a incrementarse.
Un paseo por las calles de Cádiz, por el centro, por la Avenida o por barrios muy comerciales de extramuros, nos deja imágenes terribles de soledad. Y no es un término exagerado. Y lo es aún más si el paseo lo damos un sábado. O peor, un domingo. Sólo un día soleado, de los que hemos tenido pocos en estas semanas, anima a la gente a salir. Que no a consumir.
Por ello, esta pata tan relevante del sector servicios en Cádiz reclama ayudas públicas para evitar su cierre definitivo. Porque cuando en nuestra ciudad se dice adiós a una tienda, a un bar o a un restaurante, sabemos que vamos a tardar un día más en recuperar la economía de toda la capital.
Hace unos días el alcalde, José María González, se dio una vuelta por el comercio tradicional. Seguro que en este recorrido habrá escuchado de los empresarios lo que ya sabía: que están muy mal, que hay que buscar fórmulas de ayuda, y que tienen un futuro a corto y medio plazo muy complicado.
Tras el recorrido y las fotos de rigor ahora hay que dar el paso más relevante: incrementar las medidas de ayuda a este colectivo.
Si hay un momento en el que una administración debe endeudarse es éste; si hay un momento en el que una administración debe dejar a un lado gastos superfluos es éste; si hay un momento en el que las administraciones deben desviar a estas ayudas el dinero destinado a proyectos que no crean riqueza, es éste.
Que la visita del alcalde al comercio no se quede en una fotografía. Que el Ayuntamiento lidere la salvación y recuperación de la ciudad. Que el alcalde reclame medidas de apoyo inmediatas a las restantes administraciones. Y que en la próxima visita que haga vaya acompañado con proyectos ya firmes. Sin olvidar algo que debería de estar en el adn de todo mandatario: patearse las calles, hablar con los comerciantes y los vecinos debería de estar a la orden del día, no solo en momentos excepcionales. Muchos gobernantes de aquí y de allá comenzaron su declinar cuando dejaron de pulsar directamente la vida de sus vecinos.
Hay cuestiones difíciles de solucionar a pesar de la incidencia negativa que tienen para el comercio tradicional en Cádiz. El alquiler, por ejemplo.
La propiedad es libre de imponer la renta que considere adecuada a su local. Aquí juega mucho la ética de cada uno, la solidaridad o el cariños a la misma ciudad. Hay quienes, como así lo han relatado los propios comerciantes, han rebajado sus alquileres conscientes de la dureza de la crisis; y hay quienes se han negado, abocando al cierre y abandono de sus inquilinos... y quedando así con locales vacíos, lo cual a priori no parece una decisión lógica.
Esperando a las ayudas y teniendo claro que la rebaja de los alquileres es una decisión muy personal de los propietarios, el comercio sí podría, y debería, ir adoptando una serie de medidas que, a medio plazo, ayudarían a su recuperación.
Como en todos los sectores económicos con décadas a sus espaldas, lo que no se moderniza acaba languideciendo y si el comercio tradicional tiene en Cádiz un déficit evidente es el no aprovechar el mercado digital.
Quedarse exclusivamente en la importancia del contacto directo entre quien compra y quien vende es mantenerse en el pasado. Siendo un tanto a favor no debemos olvidar que la pandemia ha disparado las ventas por internet y que éstas van a seguir, y que el comercio de Cádiz tiene que estar preparado ya para ello. Tal vez haya que unirse y crear un gran centro logístico puramente gaditano, en la Zona Franca por ejemplo, y meterse de lleno en la captación de un mercado que supera nuestras fronteras.
Y ya. pensando en el retorno a la normalidad, comerciantes y Ayuntamiento deberían de tener lista una campaña de promoción de las bondades de nuestro comercio, como fórmula de atraer a los visitantes, que algún día volverán.