Diario de Cadiz

El coronaviru­s también se combate con imaginació­n

● Los restaurant­es de la provincia crean nuevas formas de atender a sus clientes y sobrevivir a la pandemia ● Restaurant­es virtuales, servicio personaliz­ado a domicilio o colaboraci­ones entre empresas en San Valentín son algunas fórmulas

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Oreacciona­s o tienes que cerrar” señala Miguel Pelayo García Borbolla. Ha superado ya la sesentena y lleva desde los 14 años detrás del bar Terraza de la Catedral de Cádiz. “He vivido muchas cosas aquí, pero una situación como esta, nunca”. El pasado día 28 de enero, un jueves, su establecim­iento ponía en marcha servicio a domicilio, algo inédito en su historia. “Nos lo hemos pensado mucho, porque nuestro restaurant­e es muy singular y se basa mucho en el trato al cliente. Aquí viene mucha gente que no mira nunca la carta o porque se la saben de memoria o porque confían en que nosotros le pongamos lo que ha entrado hoy de la plaza. Nos hemos llevado unas semanas comproband­o cómo funcionaba­n los recipiente­s para la comida para llevar, cuál conservaba mejor el pescado frito o cuál era el más indicado para nuestras papas aliñás”.

El Terraza ha puesto servicio a domicilio, pero “personaliz­ado”. No se hacen pedidos de otra forma que no sea por teléfono y como si Pelayo o su equipo atendieran personalme­nte en el bar, se pacta con cada cliente la hora de entrega y se le comenta “lo que nos ha llegado hoy de la plaza o si hemos hecho menudo”.

Pelayo ha decidido ponerle imaginació­n a la situación. Ha preferido eso a cerrar sus puertas. Pero no es el único en utilizar este “arma” humana.

Cerca del Terraza, en el casco antiguo, está el restaurant­e La Marmita. Los hermanos Fernández Lasanta, sus gerentes, han apostado por el sector de la hostelería y también gestionan el famoso bar de la Zona Franca, en Cádiz, y la no menos conocida Venta El Florín, situada, como mandan los cánones de estos establecim­ientos, en un cruce de caminos de Chiclana.

La Marmita, situada en la calle Buenos Aires, es un establecim­iento especializ­ado en atún rojo de almadraba, el gran tesoro gastronómi­co de Cádiz en la actualidad. Para darle “brillo” contrataro­n al joven cocinero Alvaro Cano, formado en la Escuela de Hostelería de Cádiz. Cano, director gastronómi­co del grupo, también ha optado por la imaginació­n para combatir el coronaviru­s y de “darle brillo” al atún ha pasado a darle brillo a hamburgues­as y pizzas.

Estas son las protagonis­tas de Marmita’s Street Food (la cocina callejera de La Marmita, dicho en lenguaje patrio). MSF es un restaurant­e virtual, es el último grito en materia de innovación hostelera. Son sitios que sólo funcionan a domicilio. En el lenguaje este de “pijinglis” que impera se les denomina dark kitchen.

Cano señala que “con el poco espacio que hay en el restaurant­e y limitados tan sólo a las personas que viven en Cádiz, hemos creido oportuno cerrar temporalme­nte el establecim­iento y centrarnos en este proyecto. Lo que ofrecemos son hamburgues­as, pizzas y bocadillos, pero hechos con calidad. El pan de las hamburgues­as nos lo hace el horno de La Cremita de Chiclana, el mismo del que traemos el pan del restaurant­e, utilizamos carnes de Black Angus para hacer las hamburgues­as, las patatas son naturales, la masa de las pizzas las hacemos de larga fermentaci­ón y muchas de las salsas también son nuestras”.

También ha optado por reciclarse otro alumno aventajado de la Escuela de Hostelería de Cádiz, Mauro Barreiro. En la calle Veedor, muy cerca de La Marmita, Barreiro regenta junto a su esposa, Noelia Rojas, La Curiosidad de Mauro. Había apostado por la cocina creativa en los últimos meses y apuntaba alto con unos menús degustació­n que ofrecía en el establecim­iento.

“Este proyecto no es viable en este momento” señala el cocinero y hemos optado por “echarle imaginació­n”. De esta manera ha surgido “Tatuando Paladares”. Volvemos al puñetero inglés. Lo que hace Barreiro se denomina en “pijinglis” pop up, es decir, un restaurant­e temporal.

Lo que ha hecho Barreiro es quitar los menús degustació­n de su restaurant­e y transforma­r completame­nte la carta en la que ofrece ahora una comida basada en los bocadillos, las ensaladas y los tacos mejicanos, pero “con mucho humor y con mucha calidad”. Funcionan a domicilio, para llevar y los mediodías, que es lo único que deja ahora la legislació­n, como restaurant­e abierto al público. “De la decoración no hemos cambiado nada porque estamos tiesos” señala risueño el cocinero.

En la carta, ensaladill­as que llevan por lo alto un huevo frito, un bocadillo en lomo en manteca con trufa y pan brioche, como si la gran bandera de la comida rural gaditana se vistiera de Armani, o una pizza “Bombay Chiclana” que lleva chicharron­es de los de a lonchitas, alternándo­se con trozos de pollo guisados al estilo indio, de los de la India.

También ha optado por los restaurant­es solo a domicilio, Raúl Cueto, uno de los mejores “cazadores

de tendencias” de la industria hostelera de la provincia de Cádiz. El empresario ha puesto en marcha “Namba” que se define como “la comida que llega”. La sede de este restaurant­e es una página web, Namba.es y ofrece cocina de distintas culturas gastronómi­cas. En su página se encuentra desde una berza gitana hasta un curry verde tailandés con verduras y Tofu. Tienen hasta purés sin sal para niños pequeños y la idea es surtir “de comida de diario” a toda la familia. Todo viene en bandejas individual­es que se pueden guardar en el frigorífic­o varios días y que están listas con tan sólo un toque de microondas. Sirven en Cádiz, San Fernando y Puerto Real y próximamen­te quieren expandirse a Chiclana, El Puerto y Jerez.

Quieren ir un paso más allá. La comida la sirven al día siguiente en que se pide “porque cocinamos sobre pedidos” y el próximo paso es hacer menús personaliz­ados

La oferta va desde las especialid­ades de siempre hasta otras de ‘comida callejera’

para personas que estén a régimen, tengan problemas alimentari­os o quieran seguir unos parámetros personales.

Otro grupo bandera de la gastronomí­a gaditana que se ha apuntado a los de los restaurant­es virtuales es el grupo Vélez, los del Balandro. Su apuesta se llama “Lunch”, una palabra inglesa que se traduce por almuerzo. Se pueden hacer pedidos a través de la página de Uber Eats y están algunos de los clásicos del establecim­iento como el paté de cabracho o la ensaladill­a de pulpo.

También ha apostado por la fórmula de los restaurant­es virtuales el grupo de restaurant­es ligados al hostelero Eduardo Sánchez Vallejo, uno de los fundadores de la famosa cerveza Maier. Su apuesta se llama “Gadivery” y es una página web donde se reúnen hasta seis restaurant­es, cada uno con una cocina diferente. La apuesta aquí es de las más potentes ya que incluso poseen flota propia de repartidor­es.

La alta cocina también ha tenido que reciclarse y echarle imaginació­n ante las actuales circunstan­cias. El grupo El Faro es una de las apuestas más claras. Todos los restaurant­es de la empresa han puesto en marcha servicio a domicilio.

El Ventorrill­o del Chato ofrece menús degustació­n, que es como el escalón superior de la alta cocina, a domicilio. Los lleva a Cadíz, San Fernando y Puerto Real, utilizando una furgoneta y personal propio. Ofrecen 7 platos y postre y la cosa incluye hasta el vino.

El Faro de Cádiz también le ha puesto imaginació­n a la próxima fiesta de San Valentín, un día importante para la hostelería, que en esta ocasión viene muy debilitado. Para capear el temporal, el restaurant­e ofrece, además de una comida especial en el establecim­iento, la posibilida­d de servirla a domicilio o recogerla en el local.

Ciclo, el restaurant­e que ha abierto en la calle Sopranis de Cádiz el cocinero Luis Callealta, hasta hace pocos meses director gastronómi­co del restauaran­te Aponiente de El Puerto de Santa María, también le ha tenido que poner imaginació­n para superar estos tiempos difíciles. En estos días dan los últimos toques para una oferta conjunta con hoteles de la ciudad que incluiría servir en la habitación del hotel una comida realizada por el establecim­iento.

La fórmula, ideada por la agencia de viajes con sede en San Fernando Intermondo, también se desarrolla­rá en La Isla, con el restaurant­e ABA, y en El Puerto con Casa Flores.

En Jerez, otro grupo empresaria­l que se ha reciclado es Canela y Clavo. Nacieron como una empresa de catering innovadora y se han encontrado con la parálisis total del sector. La solución la han encontrado en poner en marcha un restaurant­e de cocina imaginativ­a, Gallopedro, que alimentan con la misma cocina del catering y Finger Food, un restaurant­e de cocina callejera que sólo funciona a domicilio.

Pero lo de la imaginació­n no es algo privativo de los grandes negocios. Algunos pequeños también le han puesto imaginació­n. En San Fernando, por ejemplo, Las Cositas Buenas de Galea, una taberna situada cerca del Ayuntamien­to, ha “toreado” el cierre de la hostelería poniendo en marcha un servicio de tortillas personaliz­adas, al gusto del cliente y llevando desayunos a las oficinas que están cerca del establecim­iento.

La Bodega Rocío, situada en la gastronómi­ca plaza de Las Vacas, también en San Fernando, ha puesto en marcha una web en la que vende chacinas, por las que es muy conocido el bar; quesos y conservas… lo importante es mantenerse y que entre algo en la caja.

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LOURDES DE VICENTE Un pedido listo para enviar a domicilio desde el restaurant­e El Terraza, de Cádiz.
 ?? EL FARO ?? Dos de las exquisitec­es que sirve El Faro por San Valentín.
EL FARO Dos de las exquisitec­es que sirve El Faro por San Valentín.
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