EL HEDOR QUE NO CESA
TERMINABA ayer diciendo que el ambientador Bárcenas no basta para disimular el hedor de este Gobierno y sus apoyos. Ni los porteros de los cines que andaban de espaldas por el pasillo central del patio de butacas esparciendo un ambientador verde con olor a pino lo lograrían. Ni tan siquiera podrían disimularlo los dos cañones futuristas que se colocaron a los dos lados de la pantalla del Pathé para esparcir sus perfumes entre sesión y sesión tras la reforma yeyé que se cargó el interior modernista de Juan Talavera, la primera sala sevillana construida como cine allá por 1925.
Hace falta mucho más que el ambipurbárcenas para disimular el tufo. Solo el trágico presente –descenso de la incidencia acumulada, pero 909 muertos el pasado fin de semana y el sistema sanitario al límite– y el incierto futuro –lentitud en las vacunaciones, anuncio de una posible cuarta ola, riesgo de que la cepa británica se convierta en dominante– relegan a un segundo plano el desastre del gobierno Sánchez & Iglesias, la vergüenza de sus apoyos Bildu-ERC o el carnaval de las elecciones catalanas celebrando “la lucha” de Otegui y con políticos golpistas encarcelados dando mítines.
Aun así, ni la malísima situación sanitaria, social y económica impide que el hedor político nos atufe. Incluso la agrava porque, como se ha repetido una y otra vez, tenemos el peor Gobierno posible en el peor momento posible: un PSOE cada vez más irreconocible como partido socialdemócrata al dejarse arrastrar por su socio de gobierno populista y poscomunista. La penúltima –porque de seguro saltará otra en horas– han sido las declaraciones de Iglesias: “¿Cómo va a haber normalidad democrática en nuestro país si un conf licto político ha dejado de poder gestionarse por vías políticas y ha acabado gestionándose por vías policiales o judiciales?”. Hasta El País editorializa “Iglesias, desleal”. ¡Vaya descubrimiento! Es una broma macabra que este tipo se llame como el fundador del PSOE. Hay indicios de que la avidez de poder de Sánchez, su carencia de escrúpulos para meter a Unidas Podemos en el Gobierno de España y para apoyarse en Bildu y ERC ponen en aprietos la normalidad democrática. Que desde el Gobierno se cargue contra la Corona y la monarquía parlamentaria o se atente contra la separación de poderes son indicios. Pero afortunadamente hay normalidad democrática pese a Sánchez & Iglesias.
Pese a que desde el Gobierno se cargue contra la Corona o la separación de poderes, hay normalidad democrática