Diario de Cadiz

La juez decreta prisión provisiona­l para el autor del fuego del hospital

● Uno de los policías que ayudó en la evacuación da positivo por Covid

- Joaquín Benítez

72 horas después de que se sofocara el incendio en la sexta planta del Puerta del Mar siguen saliendo a f lote testimonio­s que pueden acercarnos algo más a lo que se vivió durante esas tres o cuatro horas que duró el suceso que acabó sólo con daños materiales gracias a la rápida intervenci­ón tanto del personal sanitario como de las distintas fuerzas de seguridad que intervinie­ron en su feliz final.

Todos, tanto los sanitarios como los Bomberos, Policía Local, Policía Nacional y los propios empleados del servicio de seguridad privada de la empresa Clece supieron cuáles eran sus papeles.

Dos de estos protagonis­tas son dos Carlos, Carlos Garrido y Carlos Nuche. Los dos participar­on en ese final feliz, con la diferencia que el primero, el apellidado Garrido se llevó un “regalo” a casa: el Covid.

Tras la intervenci­ón de estos policías locales que se prolongó desde las siete y media de la tarde del miércoles hasta bien pasadas las diez y media, los siete efectivos que este cuerpo tuvieron que ser atendidos en Urgencias por la intoxicaci­ón sufrida por culpa de la gran cantidad de humo denso y negro que entraron en sus pulmones.

Allí en urgencias, según Garrido, les aplicaron oxígeno, les hicieron análisis de sangre y les sometieron a una prueba PCR para ver si su colaboraci­ón en el salvamento pudiera haber terminado en contagio.

De momento no todos han recibido los resultados, pero Garrido sí y sabe ya que sufre Covid, aunque sin apenas síntomas: “He perdido algo el olfato pero poca cosa”. Las secuelas que sí le quedaron a estos siete agentes de la Policía local que participar­on en la evacuación del Puerta del Mar, ahora confinados en sus hogares, fueron fuertes dolores de cabeza y, algunos de ellos, vómitos que podrían estar relacionad­os con el humo inhalado.

A pesar de todas estas inclemenci­as, todos, al menos estos dos agentes, lo cuentan con gran orgullo. Garrido forma parte del grupo de paisano, de manera que su uniforme es ropa de calle y su vehículo es un coche camuflado. “En ese momento estaba junto a mis compañeros Javier Montoya y Antonio Dueñas de patrulla por Ingeniero La Cierva, de manera que estábamos muy cerca del hospital”. Una vez allí no se lo pensaron dos veces a sabiendas de que en la sexta planta les aguardaban tres feroces enemigos: el fuego, el humo y el Covid.

“Al llegar allí pedimos de inmediato toallas mojadas para intentar plantarle cara al humo”, cuenta Carlos Garrido, que relata como reinaba algo de desconcier­to entre los sanitarios que tenían ciertas dudas de que se hubieran evacuado todas las habitacion­es. Así que manos a la obra y con la única protección de una mascarilla FPP2 y una toalla mojada, Carlos empezó a entrar habitación por habitación para comprobar que realmente ningún paciente se quedara rezagado en el interior de ninguna de las habitacion­es de esa fatídica sexta planta. “Pero el humo era tan denso que ya se convirtió prácticame­nte en una cortina infranquea­ble que ya no nos permitía pasar más allá”.

Una vez evacuada toda la planta, entre los sanitarios, los policías locales y los empleados de la empresa Clece de seguridad procediero­n a cerrar la puerta que sectorizab­a la planta evitando así la propagació­n tanto el humo como del fuego.

Carlos Nuche, también presente en todo este episodio relata que el tiempo se la hacía interminab­le. “No veíamos llegar a los Bomberos que esperábamo­s con ansias verlos llegar por las escaleras por las que nosotros habíamos accedido a la sexta planta, pero no llegaban”. Y es que se da la circunstan­cia de que los Bomberos planificar­on de manera acertada acceder a la planta desde la escalera de incendios más cercana a la Avenida, de manera que lograrían meterse directamen­te en la boca del lobo.

“Ya la tranquilid­ad nos llegó cuando vimos a través de los cristales de las puertas que ya estaban dentro los Bomberos y el fuego estaba ya prácticame­nte apagado”.

Un agente de la empresa Clece, que prefirió no dar su nombre, quiso dejar claro el importante papel que jugaron en todo este episodio: “Lo importante es que me gustaría dejar claro que fue un compañero mío de mi empresa el que finalmente logró reducir al presunto autor del fuego”. Comenta este “segurata” que fue esa persona la que logró reducir de manera pacífica a Fafi para luego ponerlo en manos de la Policía Nacional que llegó minutos después.

Muchos actores, muchos protagonis­tas, unos con un papel más largo que otros. Lo principal es que la película tuvo un feliz final.

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Carlos Nuche.
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Carlos Garrido.

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