El sector pesquero mantiene su actividad pese a la falta de ayudas
La Asociación de Armadores afirma que hasta la fecha no han tenido que reducir sus capturas
El sector pesquero extractivo está acostumbrado a sacrificios y privaciones para llevar a tierra sus capturas. Hace años eran las multas y los apresamientos en aguas de Marruecos o Mauritania, semanas sin ver a familias y seres queridos; ya con el tiempo, las paradas biológicas; el reparto de cuotas, la pérdida de caladeros y el desguace de la flota. Más recientemente, la pandemia de Covid-19, durante la cual no han dejado de trabajar y se han reorganizado para minimizar el riesgo de contagio. Sin apenas ayudas y de forma discreta, se han adaptado a la nueva situación y han tomado medidas preventivas tanto a nivel de lonja como en los propios pesqueros.
Unos 15 pesqueros que tienen su base en El Puerto de Santa María faenan en el Golfo de Cádiz. Se trata de una flota modesta, compuesta por barcos con esloras de 18 a 20 metros, cada uno de los cuales lleva a bordo unos seis tripulantes, con edades entre los 20 y los 60 años, que trabajan en la modalidad de arrastre. Salen todos los días, excepto los fines de semana, y pese a que la demanda ha bajado en bares y restaurantes, no han reducido su volumen de capturas, aunque el principal destinatario sea ahora la población. El sector no ha parado desde que se declaró la pandemia y tampoco durante el confinamiento. Con un sistema de trabajo y un régimen laboral distinto a otros sectores (salen de puerto a las 3 de la madrugada y regresan a las 9 de la noche), la aparición del Covid les ha llevado a tomar medidas que dan idea de su capacidad de adaptación. De esta forma, según explica el presidente de la Asociación
de Armadores, Antonio Ares, hay muchos tripulantes que no se están yendo a sus casas y durante días pernoctan en el barco, que cuentan con literas y camarotes, para reducir sus contactos fuera del ámbito laboral. Hay tripulantes que no desembarcan del pesquero en toda la semana, de manera que al llegar a puerto colaboran en la descarga de la pesca y después la propia tripulación hace la limpieza del barco, para lo cual “llevamos mucha lejía, mascarillas y guantes”. Reciben además las inspecciones de las autoridades sanitarias.
Hasta la fecha, los armadores de El Puerto no han recibido ayudas de la administración. No obstante, el sector aguanta y los precios se mantienen pese a la menor actividad de la hostelería: “Por el momento las empresas seguimos con el mismo volumen de capturas”, confirma Antonio Ares.
A la lonja portuense acuden compradores de toda la provincia, lo que supone un respiro para la actividad extractiva y las segundas ventas. Sin dejar de lado la prevención frente al Covid: “La subasta se realiza con aforo reducido, y está todo muy controlado. Se han tenido muchas reuniones y tuvimos que prevenir muchas cosas, como distancia de seguridad, mascarillas y la prohibición de fumar, tanto en la lonja como en los propios barcos”.
Muchos tripulantes duermen en los barcos para reducir contactos fuera del ámbito laboral