El cibercrimen crece un 40% en España
● Andalucía fue, por detrás de Madrid y Cataluña, la región en la que más denuncias se pusieron en 2019 por delitos relacionados con la ciberdelincuencia
En 2019 se conocieron en España un total de 218.302 hechos relacionados con la delincuencia, un 35,8% más que el año anterior, de los cuales el 88,1% correspondió a fraudes informáticos (estafas) y el 5,9 % a amenazas y coacciones. Andalucía fue, por detrás de Cataluña y Madrid, la región que más denuncias por cibercriminalidad concentró, según los datos del último Estudio sobre la Cibercriminalidad en España elaborado por la Secretaría de Estado de Seguridad.
La estafa informática acapara titulares en los últimos meses porque ha tenido víctimas ilustres, aunque estas son sólo una pequeña parte de un colectivo de perjudicados a quienes estas infracciones suelen avergonzar por la aparente falta de vigilancia y control. La cibercriminalidad es una de las formas de delincuencia que más crece en España (alrededor del 40 % en los últimos años), asociada al uso intensivo de las nuevas tecnologías, del comercio electrónico y los protocolos de comunicación y trabajo.
La evolución es tanto cuantitativa como cualitativa, y si en 2016 la mayoría de la criminalidad informática estaba asociada a delitos contra el honor, de amenazas o coacciones y representaban el 4,6 % del total, en 2019 las variantes, las víctimas y los daños de los delitos informáticos habían aumentado notablemente y ya suponían el 9,9 % del total. Según el Centro Criptológico Nacional, dentro de los métodos más usados por los ciberdelincuentes se encontrarían los vinculados a la propagación de código dañino a través de los correos electrónicos. Pero también se ha generalizado el uso de malware de criptojacking, se ha refinado extremadamente el phishing (suplantación de identidad) para persuadir a los usuarios de la autenticidad de las estafas y se innova en otras plataformas de ciberdelito (Crime as a Service).
En declaraciones a EFE, los especialistas del bufete valenciano Castillo Castrillón destacan, además del evidente daño que estas estafas producen en las arcas públicas, “la sensación de inseguridad que transmiten”, motivo por el cual muchos de estos delitos no salen a la luz, especialmente en el caso de empresas privadas, que presentan la denuncia pero intentan que el incidente no trascienda. Las técnicas estrella en estas prácticas son las de suplantación de identidad o phishing o la conocida como man in the middle ,la intervención de las comunicaciones, generalmente a través de internet o del correo electrónico, para robar información, unos delitos están cada vez más generalizados dada la sofisticación de los avances informáticos y el uso masivo que hacemos hoy en día de internet. “Y si no se adoptan las medidas de protección adecuadas, mediante una mayor inversión en seguridad informática, su incidencia irá en aumento.