Sanidad plantea mantener el cierre entre comunidades en Semana Santa
● La incidencia acumulada baja hasta 168,4 ● Ayuso anticipa otro desencuentro con su intención de continuar con la semiapertura
Sanidad plantea que las limitaciones a la movilidad entre regiones se mantengan hasta después de la Semana Santa, ante el temor de que una desescalada excesivamente rápida pueda dar inicio a una cuarta ola en las próximas semanas.
El departamento que dirige Carolina Darias trabaja con las autonomías en un plan de acción común, cuya preparación continuará hoy en el Consejo Interterritorial de Salud, con la cuestionada flexibilización de las restricciones para Navidad muy presente.
A pesar de que la tendencia de los datos sigue siendo favorable, Sanidad recalca que es necesario controlar al máximo la transmisión del virus y coger ritmo en el proceso de vacunación. En las últimas 24 horas se han confirmado 2.662 casos, 1.058 de ellos en Madrid, y se han notificado 192 muertes.
El número total de contagios se sitúa en 3.130.184, 73.347 menos que el lunes por un ajuste estadístico tras eliminar Cataluña una serie de casos duplicados, y el de muertos asciende a 69.801, 686 en los últimos siete días.
11.246 personas siguen hospitalizadas (508 menos que hace una semana), las UCI se encuentran con una ocupación del 26,99%, en cifras similares al pico de la segunda ola en noviembre, y la incidencia acumulada sigue bajando y es de 168,4.
Desde el Ministerio de Sanidad se insiste en que el objetivo es bajar de los 50 casos por 100.000 habitantes en 14 días y dejar atrás la tercera ola, cuyos efectos sobre la economía han sido también devastadores: 4 millones de desempleados en febrero, una cifra que no se veía desde 2016, y 900.000 trabajadores en ERTE.
La necesidad de reflotar la economía volverá a ser el principal argumento para tratar de acelerar la desescalada. En esa línea se pronunció ayer la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que expresó su intención de continuar con la semiapertura de toda la actividad en la región –la única junto con Extremadura que actualmente no tiene cierre perimetral–, en lo que se anticipa como un nuevo desencuentro con Sanidad.
La Junta de Castilla y León ha respondido pidiendo un criterio prudente y homogéneo para todo el territorio nacional, al igual que Cantabria, cuyo presidente, Miguel Ángel Revilla, ha emplazado al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, a que convoque a los dirigentes de las comunidades para tratar de consensuar un plan para la Semana Santa.
El presidente de Murcia, Fernando López Miras, mostró su preocupación por “una cuarta ola que está llamando a la puerta”: “Tenemos que decir la verdad a la sociedad, que estamos todavía en mitad de una pandemia, que todavía no hay un porcentaje suficiente de la población inmunizada y que esta Semana Santa tendrá que ser diferente”.
En términos similares se expresó ayer la portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, que dijo que “este año, como el pasado, sigue siendo especial”. Por ello ha hecho una llamada a la prudencia, también en las movilizaciones del 8-M, que pidió que se celebren de forma distinta y sin correr riesgos, después de haber sido señaladas “de forma injusta” en 2020.