Diario de Cadiz

“La tercera ola ha sido la peor”

● Gloria Navarro Pantojo lleva 20 años trabajando como enfermera en la UCI del Hospital Puerta del Mar de Cádiz y asegura que nunca ha vivido una situación tan dura como la actual

- Pilar Hernández Mateo

Gloria Navarro Pantojo lleva 30 años trabajando como enfermera y de ellos, 20 en la UCI del Hospital Puerta del Mar de Cádiz. Asegura que en todo este tiempo, nunca ha vivido una situación tan dura como la actual, con la pandemia de covid–19, “tanto por la forma de trabajar con los equipos de protección como por la carga emocional que te llevas”.

Afirma que ella y sus compañeros están acostumbra­dos a situacione­s duras porque, según cuenta, “a la UCI llegan muchos pacientes graves, con situacione­s complicada­s y muy tristes, pero el covid nos está afectado mucho por la cantidad de enfermos que tenemos en la misma situación. Que todos los pacientes tengan una misma patología –la covid– agota. El trabajo es muy repetitivo. Además, en esta última ola estamos viendo que los pacientes empeoran en muy poco tiempo, todo lo que se hace no da buenos resultados. Es frustrante porque ves que después del esfuerzo que haces, hay muchos pacientes que no se recuperan”.

Esta enfermera comenta que en la primera ola de la pandemia, llegaron a tener hasta 13 pacientes covid ingresados a la vez en la UCI, “pero teníamos personal para hacer dos turnos para atenderlos, porque realizar la labor de enfermería con el equipo de protección se hace más difícil”. Sin embargo, en los últimos meses, el trabajo ha sido mucho más intenso.

De hecho, Gloria Navarro no duda en afirmar que “la tercera ola ha sido la peor”. Han llegado a tener hasta 27 pacientes covid ingresados a la vez en la UCI y se han producido más muertes que en las anteriores. Explica que al ser el Puerta del Mar el hospital de referencia en la provincia, asume también los pacientes covid de otros centros cuando requieren técnicas que sólo tienen en la capital.

Recuerda que al principio de la primera ola, “había mucha tensión e incertidum­bre, y el trabajo se hacía muy duro. Algunos compañeros no dormían. Pero poco a poco fuimos cogiendo el ritmo de trabajo, con la ventaja de que podíamos turnarnos. Pero en la tercera ola había tantos pacientes covid que toda la plantilla de UCI estábamos trabajando con ellos”.

Cuenta que en la segunda planta tuvo que montarse otra UCI, con los pacientes no covid, para dedicar la de la tercera planta a los que tenían coronaviru­s. La UCI Pediátrica también tuvo que asumir algún paciente crítico no covid.

Dice que se nota que actualment­e han bajado mucho los casos, pero los pacientes que están ingresados en Cuidados Intensivos son de larga estancia y “todavía les quedan varias semanas”.

Esta enfermera anhela poder trabajar con normalidad, por eso espera “que no llegue una cuarta ola”. Asegura que todo el personal sanitario está deseando que acabe ya la pandemia “porque es una pesadilla. Está siendo un sobresfuer­zo para todos. En la UCI, siempre se está luchando por la vida, pero con otro tipo de pacientes y otras patologías”. Señala que los profesiona­les están muy sensibles por la situación “y muy cansados”, aunque reconoce que “nos podemos sentir afortunado­s, ya que en Cádiz no se ha vivido la pandemia como en otras provincias; pero sea poco o mucho, es muy duro. Hay pacientes que no se te olvidan”.

Habla también del miedo del personal al contagio, sobre todo al principio. “Nosotros estamos muy protegidos con los EPI y es nuestro trabajo, pero lo que más nos preocupaba era transmitir la infección a algún familiar, especialme­nte a los mayores que nos rodean”.

En las últimas semanas, Gloria está realizando labores de supervisor­a de enfermería de la UCI y quiere restaltar que “el personal que hay en la UCI de Cádiz es fantástico y han llevado la pandemia como campeones”.

Destaca el trabajo físico que tienen que realizar con los pacientes covid, porque “es bastante duro trabajar con el EPI”; y llama la atención también sobre el desgaste mental que está sufriendo todo el personal por las situacione­s que se están encontrado. Principalm­ente, cuando ven a los familiares de los enfermos, que sólo pueden visitarlos muy puntualmen­te, la mayoría de las veces para despedirse. Afirma que a los que no están sedados, se les deja el móvil para que puedan comunicars­e con sus allegados, y también se facilita el número de la UCI a los familiares.

Cuenta que alguna vez, han acercado el móvil a pacientes sedados para que escuchen la voz de sus familiares. “Las familias nos lo pedían porque así se sentían reconforta­das, aunque no recibieran ninguna respuesta. Es una situación muy dura. Alguna vez se me han saltado las lágrimas al escuchar cómo animaban a algún enfermo, las cosas bonitas que les decían; otros ponían la música que le gustaba, y a veces sabiendo que ese paciente no iba a salir adelante”.

A Gloria le resulta especialme­nte duro “cuando hay pacientes jóvenes y ves como día a día se van deterioran­do, y por muchos esfuerzos que hagas en el trabajo, tanto médico como de cuidados del personal de enfermería, van a peor”.

Un caso que no olvida es el del capellán del hospital, José Díaz, que falleció de covid: “Él era consciente de la situación y se despidió muy tranquilo, dándonos su bendición. Fue un momento muy emotivo y muy doloroso porque era una persona muy conocida y querida en todo el hospital”.

Ha vivido también momentos muy emotivos con la salida de algunos paciente de la Unidad. “Todo el personal los despedíamo­s con aplausos, dándoles ánimos y felicitánd­olos por haber logrado superar al virus. Ellos salían dando gracias y con lágrimas

Es frustrante ver que después del esfuerzo que haces, hay muchos pacientes que no se recuperan”

Muchas veces, cuando tenemos el EPI puesto, los compañeros aprovecham­os para abrazarnos”

en los ojos”. Para Gloria, estos son “los momentos más bonitos que he vivido porque cuando un paciente se recupera, es la mayor alegría que te puedes llevar”.

Afirma que muchos enfermos, cuando llegan a la UCI, reflejan miedo y angustia, pero otros se sienten más tranquilos “porque saben que aquí están más controlado­s”.

Comenta que echa de menos el contacto físico con los compañeros. “Muchas veces, cuando tenemos el EPI puesto, aprovecham­os para abrazarnos. Es una liberación, es el único momento que podemos dar un abrazo y sentir el contacto físico de los compañeros”.

Asegura no entender que haya personas que todavía piensen que el covid no es real. “A esta gente le diría que hay que tomarse muy en serio las medidas de protección porque el virus se propaga muy fácilmente a nivel respirator­io, y vemos que no afecta solo a personas mayores, también a jóvenes”.

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D.C. Gloria Navarro en la UCI del Hospital Puerta del Mar.

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