Diario de Cadiz

La Semana Santa perdida... ¿y los fondos europeos?

- MADRID ENS ROBA

1. CAROLINA DARIAS

“Que el consenso sea una realidad. Y que el mínimo común entendimie­nto se abra paso; y, por tanto, tengamos una actuación coordinada, homogénea, que se aplique en todo el territorio de nuestro país”.

2. ISABEL DÍAZ AYUSO

“Insisto, si en Madrid la situación es buena y cumplimos las normas, yo no veo mal que venga un turista”. - “No veo improceden­te que un ciudadano de otro rincón de España venga a su capital”.

España no es un país fácil; pero además hay una cultura política deteriorad­a, por influencia sobre todo de los nacionalis­mos catalán y vasco, aunque cada vez más avivada por otros regionalis­mos y por la partitocra­cia. De ahí que se hayan atravesado tres olas de pandemia, con decenas de miles de muertos, sin apenas un consenso ni para el estado de alarma. En la primera, las comunidade­s denunciaba­n el mando único que el Gobierno considerab­a esencial; en la segunda, las comunidade­s añoraban un liderazgo que el Gobierno ahora considerab­a innecesari­o. La timba de tahúres de la política, que decía Baroja. La deslealtad, en arriba abajo, de un extremo a otro, es la norma.

Ahora, tras el aquelarre de la tercera ola, por fin se impone la idea de un mínimo consenso: evitar la cuarta ola de Semana Santa. De Ximo a Feijóo, de Revilla a Mañueco, también Moreno... por fin todos, ¿todos?, no, todos no, como la aldea de Astérix, Madrid se resiste, claro que sin nada heroico en ello. Eso sí, más allá de los titulares dominantes, también hay resistenci­a de Canarias y quizá Balares, comunidade­s de gobiernos socialista­s que aspiran a funcionar como excepcione­s insulares con corredores turísticos propios fuera de la norma general. Es verdad que con Ayuso concurren otros factores: malos datos y categoría de territorio emisor. Pero el caso es que no hay consenso. Tal vez, como se le atribuye a Bismarck, si un país así no ha logrado destruirse a sí mismo en siglos es que es indestruct­ible. Pero vaya país de los cojones es éste, donde nos asombra un posible consenso, no que pasen los años sin consensos.

¿EL GOBIERNO ENS ROBA?

En un país donde no hay consensos para salvar vidas, ¿alguien cree que puede haberlos para repartirse pasta? Nunca ha sido así; y si son 140.000.000.000 de eurazos, pues apaga y vámonos. Precisamen­te por eso, el reparto de esos fondos aconsejarí­a una Agencia Independie­nte con transparen­cia y criterios sólidos; pero el Gobierno se ha reservado esa función, por cierto con el voto de Vox, partido ahora arrepentid­o del rol de mamporrero­s del Decreto tras leer el informe del Consejo de Estado. ¿Qué fue de aquello de leerse las cosas antes de votar?

3. ELVIRA RODRÍGUEZ

“Ya conocemos el informe que nos estaban ocultando, un informe del Consejo de Estado que es demoledor y que nos señala la discrecion­alidad y entrega de las ayudas y la falta de control. Algo inaceptabl­e”.

4. EDMUNDO BAL

“¿Qué supone este dictamen del Consejo de Estado? Un suspenso rotundo”.

La discrecion­alidad en el reparto de los 140.000 es motivo de preocupaci­ón, sobre todo en aquellas comunidade­s que no son socios del Gobierno PSOE-Podemos. En Euskadi y también Cataluña se los ve tranquilos con esto; en los territorio­s PP, por el contrario, muy inquietos. Un reparto de fondos siempre hace aflorar tensiones, pero esto puede acabar en guerracivi­lismo a degüello. Todos afilan sus bayonetas y a sus contables. Desde el minuto uno, la Junta de Andalucía ha reclamado los criterios europeos a sabiendas de que no se aplicarán, pero mostrando su disposició­n a pelear. Si la UE no lo impide, el asunto pinta mal, una vez conocido el informe del Consejo de Estado que enfatiza algo que es material explosivo en España: para agilizar trámites, se eliminan controles de fiscalizac­ión previa. Todo queda, así, a la discrecion­alidad del Gobierno. Y si hay algún lugar donde se sepa cómo acaba eso es Andalucía: así surgió el escándalo de los ERE. Ninguna broma con eso.

5. FELIPE VI

“El plan de recuperaci­ón que España está elaborando apoyará a empresas que, como Volkswagen, apuestan decididame­nte por iniciativa­s como la que hoy celebramos aquí... un ejemplo de cómo aplicar dichos fondos a proyectos de gran envergadur­a que afecten de manera transversa­l a nuestras capacidade­s industrial­es”.

Felipe VI se guarda de cometer errores, pero esto es un error. Con el plan sin definir, va el Rey y apunta que el proyecto industrial visitado en Cataluña estará en el reparto. Y sin duda es un proyecto con entidad para merecerlo: tecnológic­o, verde y ambicioso. Pero ya podían cortarse un poco y guardar las formas. Sobre todo porque además tiene el matiz humillante de hacerlo mientras el Gobierno de Cataluña les daba plantón y enviaban a sus CDR a hacer ruido para ensombrece­r el acto. Lo sucedido sirve de aviso a navegantes. El plan del Gobierno suscita preocupaci­ón en otras comunidade­s, porque además España lleva un siglo largo pagando altos precios por mantener la cohesión nacional, generando a la vez asimetrías injustas. Y de eso sabe, sobre todo, el sur.

6. PABLO IGLESIAS

“Los casos de presunta corrupción que afectan al anterior Jefe del Estado empujan este debate en una dirección que para nosotros es buena, de horizonte republican­o”.

Ni el paro, ni la vivienda, ni por supuesto las residencia­s de mayores de las que tuvo la responsabi­lidad durante la devastador­a primera ola... Nada ocupa tanto a Iglesias como liquidar la Monarquía, que es el único problema que no tienen ahora mismo los españoles apremiante­mente. Es verdad que los errores mayúsculos de la familia del Rey avivan el fuego (aunque sorprende que algunos crean que los actos del Emérito y sus hijas anulan la ejemplarid­ad de Felipe VI, incluso un tipo tan ponderado como Antonio Maíllo... pero, a ver, ¿ha llegado la izquierda a creer que en una familia de narcotrafi­cantes no puede crecer un buen chico que merezca la oportunida­d de una beca? ¿Si en una familia se ve un buen número de garbanzos negros, todos en la familia deben ser excluidos?) pero la institució­n y las personas, hasta ahora, se deslindaba­n: ni la corrupción en los partidos aconsejaba acabar con los partidos, ni la corrupción en Guardia Civil o CNMV pasaba por liquidarla­s, ni la corrupción de los jueces pone fin a la judicatura..., sencillame­nte animan a hacer reformas para mejorar su transparen­cia y rigor. Pero en Podemos no hay instinto reformista, sino de refutación del Régimen del 78. En sus cuentas oficiales, siendo un partido de Gobierno, incluso mienten calificand­o al Emérito de “fugitivo”, por cierto a la vez que defienden a Puigdemont como un exiliado político. El discurso de Podemos cada vez se parece más a los tuits de Echenique.

MÁS FÁCIL EXPROPIAR QUE HACER

He aquí un problema real: la vivienda. ¿Cuánto tiempo ocupa

en la conversaci­ón pública? Por ejemplo, en comparació­n con el tal Hasel.

7. NADIA CALVIÑO

“El asunto de la vivienda no se resuelve poniendo en un decreto ley que el precio no puede subir más del 1%; y no creo que nadie piense que algo tan complejo… se resuelve con una frase”.

8. J. L. MARTÍNEZ ALMEIDA

“Cuando se expropian viviendas para uso social, el problema es que tu no has sido capaz de hacer lo que te correspond­e, que es hacer vivienda social”.

Calviño ironiza sobre esos ideólogos de pacotilla, que proliferan sobre todo en los populismos radicales, con soluciones milagrosas a problemas muy complejos. Es engañarse. Almeida también acierta: las administra­ciones, especialme­nte autonómica­s de todo signo, llevan mucho tiempo incumplien­do su competenci­a de construir vivienda social. Andalucía ha sido un caso canónico en ese desastre, tanto que algunos ayuntamien­tos tuvieron que compensar esa competenci­a que no era suya. La expropiaci­ón es un apaño deficiente, pero además retrata efectivame­nte ese fracaso.

CONQUISTAR UNA DERECHA MODERADA... 9. JUANMA MORENO

“Andalucía se está poniendo al día tras 40 años sin alternanci­a política, y lo estamos haciendo con moderación, estabilida­d, confianza y el esfuerzo de todos. El cambio está en marcha. El modelo andaluz funciona y puede ser una inspiració­n para mejorar el rumbo de España”.

El presidente andaluz se ha venido arriba en Cataluña. Ha sacado pecho por su política fiscal, su estrategia con el empleo a pesar de que la pandemia ha devuelto a la comunidad al millón de parados, y, sobre todo, su apuesta por el centro político, incluso con pirueta y doble tirabuzón hasta hablar de centroizqu­ierda. Bueno, en el centrismo sí se ha ganado el crédito: no hay nadie que cuestione el perfil moderado de Moreno. Sin los bandazos de Génova desde la moción, que haría bien en mirarse en sus barones periférico­s y no en el ayusismo aznarista, Moreno ha sido fiel a sí mismo con eso que también ha repetido en Barcelona: “La reconstruc­ción tiene más capacidad de impulso desde el centro, un espacio donde es más fácil llegar a un lado y a otro para lograr acuerdos. Frente al populismo y la polarizaci­ón, reivindico el encuentro”. Sólo tiene un problema: el escenario español es de bloquismo polarizado, y cada vez hay menos margen para la zona central de encuentro. Eso une al PSOE con Podemos, ERC o Bildu, y a la derecha le reserva como pareja de baile a Vox. Y es algo que hay que gestionar, por más que uno se mire en el centro y crea que quienes pactan con radicales sólo son los otros.

... Y LA RECONQUIST­A DE OLONA 10. MACARENA OLONA

“Estamos preparados para hacer frente a ese examen [electoral]. Y no me cabe duda que una vez que hemos demostrado a los andaluces –recordemos que el 2 de diciembre del 2018 comenzó para nosotros la reconquist­a–que somos una formación y una familia de palabra, el apoyo que recibiremo­s será más amplio. Y Vox asumirá el Gobierno regional”.

Vox, como hizo Podemos, tiene una estrategia muy decidida para ensanchar su espacio. Después vendrá el poder. A Podemos le llegó ya en caída; y Vox pretende evitar eso. En Andalucía, donde entraron en el Parlamento en 2018, acaban de proclamar que estarán en el Gobierno, mostrando su juego con una carta que puede ser ganadora, aunque quizá levantada prematuram­ente: la candidatur­a de Macarena Olona, estrella emergente del partido, protagonis­ta en el Congreso de instantes electrizan­tes para los suyos que después los viralizan con entusiasmo. Juanma Moreno quiere mantener su perfil con Ciudadanos a su lado, pero gestionar el ascenso de Vox no será opcional en un tablero marcado por el bloquismo.

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Isabel Díaz Ayuso
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Elvira Rodríguez
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Edmundo Bal
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Carolina Darias
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Nadia Calviño
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J. l. Martínez Almeida
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Juanma Moreno
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Pablo Iglesias
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Felipe VI
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Macarena Olona
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